El Doctor N recuerda el infierno que fue su primer año como residente en Urología del Centro Médico Siglo XXI, Ciudad de México. Gritos, insultos, castigos, pastillas para no dormir y para no ir al baño porque le decían que no tenía derecho a hacerlo. Un trato que lo sumió en una depresión profunda, que él denunció pero fue ignorado por autoridades educativas, médicas e incluso la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHDF). Hasta que intentó suicidarse.
Su historia no es un caso extremo y único. Estudiantes de Medicina con cuadros de depresión y ataques de ansiedad son algo generalizado por el maltrato y hostigamiento del que son víctimas en los primeros años de la residencia, una situación tolerada y fomentada por residentes de mayor rango y por los médicos adscritos, denuncia la Asamblea Nacional de Médicos Residentes (ANMR).
Además, cuando alguien llega a presentar una queja formal, es desestimada o ignorada, y en algunos casos la solución que se ofrece a la víctima es cambiarla de sede, mientras que sus acosadores permanecen impunes en sus puestos.
La Asamblea tiene documentados al menos 10 casos de acoso, actuales, en distintos estados del país, dependientes de diferentes instituciones de salud, que han llevado a quejas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), instituciones educativas como la UNAM, y Comisiones de Derechos Humanos Nacional o locales, sin que alguna haya tenido consecuencias.
Animal Político habló con tres víctimas que contaron lo que han vivido como médicos residentes.