5 diciembre, 2025

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Don Pancho, da vida a la flor de muerto

En el ejido la Libertad existe una parcela llena de singular colorido y belleza, ahí se siembra y vende la tradicional flor de cempasúchil y otras, que tienen un linaje espiritual, desde la época prehispánica

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-Cómo si se tratase del camino al mundo de los muertos, que proyecta la película ‘Coco’, con un paisaje cargado de amarillo, un mar de flores de cempasúchil se mese a capricho del viento en la huerta colorida que cautiva a propios y extraños .
Aquí, no solo se aprecia el amarillo de la flor de cempasúchil, también la mano de león, pomito morado y pomito blanco que aportan sus colores naranja, rojo morado y blanco en una hectárea que parece pintada en lienzo.
Para muchos es un lugar mágico, tanto, que es captado a menudo por fotógrafos y uno que otro turista que no escapa a la fascinación de retratarse en este paisaje .
Máxime cuando la zona es que rodea esta peculiar siembra es semidesértica la cual trabaja desde 30 años Francisco Estrada Ruiz quien en 100 días levanta su cosecha.
Agricultor de nacimiento, don Pancho cuenta que plantar flor del día de muerto es una tradición que adoptó de su hermano desde hacetres décadas y que poco a poco han tomado otros productores del ejido la Libertad y Rancho Nuevo.
Es tanto su éxito que desde hace años sus principales clientes son escuelas de Victoria , florerías y hasta personas de los municipios de Padilla, San Carlos, y Tula que viajan en camionetas para llevar sus flores para usarlos en su altar.
“Mis principales clientes son personas de escuelas, maestros que los usan para poner sus altares de muertos, florerías y también aquellos que las desean para sus muertos”. Además del paisaje, aquí el otro atractivo es el precio.
Las florerías venden muy cara esa flor y aquí se vende a 200 pesos el manojo grande”
Platica que no cuenta con camiones, ni realiza entregas a domicilio . Son los clientes quienes directamente van hasta su huerta localizada en en el ejido La libertad a 100 metros antes de llegar a la plaza principal camino a Los Troncones.
En este lugar atiende desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche.
Pero atrás de la vendimia hay un trabajo arduo por cien días ya que las flores tienen un proceso; se siembran primeramente en un huerto pequeño y después se trasplantan.
En este proceso y la cosecha de la flor, ofrece trabajo a cinco familias del ejido, los cuales ayudan a trasplantar las matas en una hectárea, dónde se riegan y finalmente se cosechan para su venta, aunque éste año estuvo a punto de desistir en esta actividad.
“La sequía nos pegó fuerte, no teníamos agua ni para regar y el canal daba muy poco, pero finalmente la lluvia nos ayudo y por eso continuamos, pese a ese inconveniente, éste año la flor viene más bonita” , platica emocionado.
Escenario
de mil fotos

Por ser un paisaje como de película, cientos de personas acuden para realizar sesiones de fotos o solo tomarse una de recuerdo, pero don Francisco invita a quienes acuden al lugar a que tengan conciencia y no dañen las plantas porque son meses de arduo trabajo para producir la flor.
“Hace días vino una fotógrafa y al ver que no estaba rompió el alambre de la cerca, cuando la vi, le pregunte por qué y me dijo, que estaba cerrada. Por eso, le dije: “A poco en su casa siempre está la puerta abierta”
Tras esta anécdota el productor, dijo que, con gusto recibe a los fotógrafos y turistas, pero los instó a que trabajen con cuidado y respeto, sin dañar las flores que con tanto esfuerzo se cuidan, dijo.
En el ejido la Libertad existe una parcela llena de singular colorido y belleza, ahí se siembra y vende la tradicional flor de cempasúchil y otras, que tienen un linaje espiritual, desde la época prehispánica

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