La reunión del Consejo Nacional de Seguridad que debería haber sido un punto de encuentro de los diferentes actores involucrados en el combate a la delincuencia, terminó siendo todo lo contrario.
La repartición de culpas abarcó buena parte de la sesión, tanto así que de la estrategia de seguridad, tan importante para lograr reducir los índices criminales que azotan a casi todo el país, se habló poco o nada.
El encontronazo en realidad se veía venir desde el martes, cuando el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo mostró una tabla de asistencias e inasistencias a las reuniones del Gabinete de Seguridad.
Sin contexto alguno, como si de un maestro de primaria se tratara, midió con el mismo rasero a todos los mandatarios, incluidos aquellos que han conseguido bajar de manera importante los delitos en sus entidades. Por eso, ayer unos y otros llegaron con los ánimos caldeados, y la reunión terminó como terminó.
En el caso de Tamaulipas, el gobernador fijó una postura muy clara: defendió la labor de las autoridades locales que en muchos casos se han quedado solas para combatir a la delincuencia organizada.
Pidió estrategias diferenciadas para cada región, porque las realidades son muy distintas, y de paso, recordó que participar en una reunión de una hora no es suficiente ni garantía de resultados. “Hay quienes dedicamos mucho más tiempo al tema de seguridad”, concluyó.
En otro tema propio de la grilla nacional, ayer reapareció Elba Esther Gordillo en las redes sociales, donde además de mandar un mensaje navideño amenazó con que “muy pronto” estará de regreso con los maestros.
Son varios los tamaulipecos a los que seguramente conmovió la advertencia de “la maestra”. Antiguos líderes sindicales que mantienen la esperanza de regresar por la puerta grande.
Ansiosos, como si Gordillo fuera la misma de hace una década, Enrique Meléndez, Luis Humberto Hinojosa o el mismo Oscar Martín Ramos se frotan las manos.