8 diciembre, 2025

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EXCESOS DE GUERRA

Excesos de guerra

Hay quien todavía se pregunta por qué César Guerra Montalvo fue cesado como director general del Colegio de Bachilleres de Tamaulipas (Cobat), a pesar de que él siempre presumió tener vara alta en el Gobierno estatal. Y enseguida le explicó al menos cuatro motivos que originaron su caída:
1) Las múltiples confrontaciones que durante su mandato tuvo con los maestros, el personal administrativo, alumnos y padres de familia;
2) Las demandas promovidas en su contra por despidos injustificados, hostigamiento, acoso laboral, amenazas y maltrato psicológico;
3) El deshonroso vigésimo octavo lugar en que ubicó a la institución en materias de Lenguaje y Comunicación, como en Matemáticas, según se lee en la página electrónica (oficial) del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea); y
4) La incorrecta aplicación de los recursos federales, como se advierte en el Sistema de Conciliación de Organismos Descentralizados (Sicodes).
Todo ello en tan sólo cerca de 25 meses –del 7 de agosto del 2017, al 31 de octubre del año en curso–, durante los cuales incumplió su oferta de elevar la calidad educativa para beneficio de los jóvenes tamaulipecos, aun cuando al tomar posesión del cargo afirmó estar preparado para conducir a buen puerto al Cobat.
No obstante desde su arribo comenzó a tener problemas con docentes y el personal administrativo, al removerlos de puesto o cambiarles espacios para su desempeño, colocando en su lugar a incondicionales suyos.
Y cuando fracasó en su intento, optó en obligarlos por vías distintas: la amenaza verbal, directa o a través de testaferros; el cambio de horarios; no atendiendo sus peticiones de materiales; o retrasándoles viáticos a quienes viajaban frecuentemente por cuestiones inherentes a su cargo. Pero salían, cubriendo con recursos propios su gasto, porque de lo contrarío le daban el pretexto legal para ser echados del organismo.
También inventó ‘comisiones’ para desplazar a mentores de sus aulas.
Y eso, precisamente derivó en paros y manifestaciones. No sólo en las instalaciones centrales del Cobat, sino también en los planteles que hay en todo el estado.
Por tanto, César nunca fue el sujeto idóneo para ocupar ese cargo.
Ahora bien, para mejor entender la casi nula productividad del susodicho, sólo basta recorrer los pasillos de los planteles educativos y constatar que los intereses de Guerra Montalvo estaban muy distantes a los académicos.
Ni qué decir de los procesos administrativos, que por Ley se deben de cumplir ante la Federación; y, en particular, los requisitos que solicita la Dirección General de Planeación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través del Sicodes. Un sistema diseñado para garantizar la correcta aplicación del gasto etiquetado por la Federación.
Éstas irregularidades pusieron en peligro la continuidad, contratación, basificación, carrera magisterial y otras prestaciones para las decenas de docentes; y si aún no hay certeza de recuperarlas, todo es gracias a César Guerra Montalvo.
Por cierto, todavía dejó pendientes los rembolsos solicitados por la Auditoría Superior de la Federación.
Y sólo por no hacer las cosas, como las debió realizar, correctamente.
Pese a estos antecedentes, todavía se atrevió a agregar la frase ‘Soy líder’, a la expresión ‘Soy mejor, soy Cobat’.
¿Acaso no hubo, durante su gestión, uno de sus panegiristas que le explicara que un líder es quien va siempre a la delantera?
¿Que un líder es el que pone el ejemplo. Un líder es el que demuestra y hace bien las cosas?
Creo que no.
Ya que él realizó todo lo contrario.
O, al menos, que tenga problemas de interpretación estadístico y haya creído que la evaluación fue a la inversa.
En resumen, César Guerra Montalvo le falló al Cobat.
Le falló a Tamaulipas.
Y le falló al gobernador, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
CENTRALISMO
La administración de los recursos económicos federales, según advierte la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es atribución exclusiva del presidente.
Y al menos hasta ahora no existe forma de disputarle en términos legales cómo, cuándo y dónde ejercer el gasto.
Por eso hay colaboradores de Andrés Manuel López Obrador que rehúsan compartir con los gobernadores la asignación del gasto social a fin de evitar que éste se realice equitativamente, para ellos manejarlos de manera centralista.
A ello obedece que en el Senado de la República, la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), en los partidos políticos, las Organizaciones No Gubernamentales (Ong’s), sindicatos y otras entidades de la sociedad civil, aparte de la Cámara de Diputados (federal, por supuesto), pudiera mantenerse firme la convicción de revisar el Pacto Federal, pues legalmente éste ya resulta atentatorio contra el porcentaje del pueblo que no simpatiza con Movimiento Regeneración Nacional (Morena), pero sí tiene necesidad de esos recursos que les son conculcados.
Y más en estos momentos cuando la crisis económica azota a todo el país.
Dicho en otras palabras, hay una errónea interpretación del artículo 90 de nuestra Carta Magna por parte de los secretarios federales, pues amparan malamente su proceder exclusivo y excluyente (en el manejo de los recursos) con desplantes centralistas que nada tienen qué ver con la disposición jurídica que determina concentrar los dineros públicos para su repartición justa y equilibrada.
Hago esta reflexión por la necesidad que existe de revisar el marco jurídico, a fin de que los 32 estados de la República Mexicana, como entidades libres y soberanas que son, tengan mayor participación en el manejo de los ingresos recabados vía impuestos.
Sobre todo en lo que respecta al manejo del rubro social, insisto, pues de cada peso que las entidades fronterizas envían a la Federación, ésta sólo les regresa alrededor de cinco centavos y quizá hasta diez (cuando bien les va), obligándolas a subsidiar a estados con índices graves de marginación y pobreza y, lo peor, negándoles (a los regímenes subsidiarios) la oportunidad de ayudar a sus pueblos directamente, pues la Federación da en agrupar políticamente el manejo de esos dineros.
En fin, el tema es tan interesante que amerita otro análisis, fuera del reclamo social que existe ante la adversidad que sufren miles de compatriotas del noreste.
Sobre todo, cuando allá en Palacio Nacional malamente s

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