11 diciembre, 2025

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Instrucciones para confirmar la locura

Instrucciones para confirmar la locura

Uno no puede estar loco por
completo, porque hay gente
en la esquina que lo están
viendo a uno y a todos. Voltean
para todas partes, escuchan
pisadas y te presienten. Quieren
ver a qué horas pasas, cómo
modelas el traje. En tus ojos tratan
de adivinar cómo te fue ayer,
en qué vas pensando. Yo no he
querido estar loco por completo,
por esos pequeños detalles.
Uno no puede estar loco.
Entonces finge estar cuerdo para
evitar miradas curiosas, para no
espantar a las personas. Uno se
obliga a cargar la bandera de la
cordura durante una guerra suicida.
Uno por eso se apega a las orillas. A
las afueras de la ciudad elabora una
estrategia con todas las conjeturas
equivocadas
De ese modo puede uno trabajar
en un banco, ser dependiente de una
tienda, operador del tráfico aéreo,
detener el paso de los transeúntes
antes de que los atropellen, sin que
nadie se entere que se te van las
cabras al monte.
Esperamos a que no haya nadie,
volteamos para todos lados para
sumarnos a ese precipicio que
invitamos para darle cierta holgura
y aflojar la corbata, el cinturón, los
zapatos despiadados, los sueños
desplazados.
Uno que está loco finge que
está loco para que no crean en esa
demencia fácil. Uno está loco de
veras. Uno que está loco sobrevive
ocultando su locura, diciendo cosas
que más o menos otra persona
entienda.
Todos los días al igual que un
ejército de locos, los locos salimos
de nuestras casas y entramos en
otras puertas y estamos de acuerdo
y no estamos de acuerdo con las
voces contradictorias que inventan
el mundo en el que habitamos .
La razón es un monstruo en
la espalda. Es una parte de voces
contradictorias que se escuchan
en la espalda de las paredes de un
manicomio.
Pasas la noche, pasaste el
día y te encuentras de nuevo
en ese paraje sin tiempo, sin un
pensamiento equivocado. Te das
vuelta y encuentras la oscuridad de
la almohada y es tu todo adentro de
tus palabras, tu adentro de tu nada.
Estuviste pensando, pero lo has
olvidado, piensas en hechos que no
sucedieron. Si no estuvieras loco tal
vez fueras la luz de un foco, pero
eres la sombra que se alisa el cabello
allá donde nadie la observa.
Aveces quiero inventar el agua
clara. Y reír cuando vaya cayendo
inconfundible en las fauces de los
fantasmas. Pero a veces hay humo
en las sábanas, una hilera de ranas
que saltan al otro lado de la cama
y quiero inventar el agua sucia, la
túnica sagrada hecha jirones. Quiero
llover como las nubes.
Yo estoy loco, pero si veo que
viene alguien me compongo.
Ya lo escuché todo y no pueden
engañarme y si me quedo callado es
para que no me hagan daño. Quién
creería lo que miró, quién repetiría
lo que escucho en los vecindarios y
en los círculos de los ricos.
Aquí no te dejan estar loco, tienes
que agarrar un barco y en el otro
extremo de la orilla, cuando se acabe
el agua, hacer un puerto, porque
nadie puede estar loco nada más por
convivir. Qué más quisiera uno.
Uno no puede estar loco por
completo, se reirían de uno. Qué
haría uno mirándolos absortos sin
comprenderlos, viéndolos pasar
muy rápido, entre más rápido
mejor, para dejar de vernos como
si supieran quiénes son los locos y
quiénes son los cuerdos, Quiénes
son los ángeles y quiénes son los
cuervos.
Entonces te casas y confirmas tu
demencia. Te pones de acuerdo con
tu cónyuge para montar la trama
y cuando viene alguien le dices:
“actúa como si todo lo que está
pasando no pasara”… y todo pasa.
HASTA PRONTO.

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