5 noviembre, 2025

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2020, Tiempos para definir rumbos

Este año no habrá comicios, pero comenzará un proceso electoral de mucha trascendencia para el estado y para el país: se renovará la cámara de Diputados, el Congreso local y las alcaldías de Tamaulipas

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-El reloj político está en marcha, el tiempo es imparable: en septiembre de este año, iniciará, de manera oficial y constitucional, el proceso electoral 2020-2021.
En este proceso concurren dos elecciones: la federal, en la que se disputará la conformación de la Cámara de Diputados; y la local o estatal, en la que estarán en juego las 43 presidencias municipales y las 36 diputaciones locales (22 de mayoría y 14 plurinominales) del Congreso del Estado.
Al mismo tiempo, en la jornada comicial del domingo 6 de junio de 2021, 15 gubernaturas se pelearán por la vía democrática.
Prácticamente la mitad de los estados del país renovarán su Poder Ejecutivo: Baja California Sur, Baja California (Norte), Campeche, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala, Zacatecas.
Será, por si fuera poco y, para entonces, la evaluación de los tres primeros años de Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la república y su Cuarta Transformación, un cambio histórico que pretende estar a la altura de la Independencia, la Reforma y la Revolución.
La elección 2020-2021, por tanto, se escenificará en múltiples pistas: en la plataforma nacional, la atención estará puesta en la integración de la Cámara de Diputados y en la posibilidad de que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) mantenga la mayoría parlamentaria junto con sus aliados del PES y PT.
De la misma forma, será interesante observar si la oposición, en especial el PAN y el PRI, logran reposicionarse en el panorama nacional y alcanzar un mayor número de diputaciones federales en el Congreso de San Lázaro.
También será tema central, desde la perspectiva nacional, el resultado de las elecciones por las 15 gubernaturas (ocho de las cuales se encuentran en manos del PRI, cuatro del PAN, una es del PRD, otra es manejada por Morena y una más (Nuevo León) es independiente).
En este proceso electoral 2020-2021 de múltiples pistas, Tamaulipas también tendrá su elección local para votar por presidentes municipales y diputados locales.
Además de elegir alcaldías y la nueva conformación del Congreso del Estado, el proceso contará con un condimento especial: es la confrontación previa por la elección por la gubernatura, que se realizará en 2022.

EL ESCENARIO TAMAULIPECO:
EL PARTIDO EN EL PODER

¿Cómo llegan los partidos políticos al 2020 en Tamaulipas? ¿Cómo se encuentran los principales liderazgos y grupos políticos en el periodo de preparación para afrontar el proceso electoral que definirá el terreno para disputar la gubernatura en dos años más?
Como partido en el poder estatal, Acción Nacional cuenta, al momento, con mayores instrumentos y recursos y, por ende, con un amplio margen de maniobra política para operar en donde, a juicio de los especialistas, se ganan las elecciones: en el territorio.
Con un gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca, que alcanza buenas calificaciones en aprobación ciudadana en su gestión y que, además, busca insertarse en el plano nacional como un liderazgo del PAN frente a las políticas de izquierda nacionalista que se dictan desde Palacio Nacional, el blanquiazul ejerce el control del estado en su cuarto año de gestión.
Prácticamente a la par de que inicie el proceso electoral 2020-2021, iniciará (en octubre de este año), el quinto año de gobierno de los vientos del cambio en Tamaulipas.
La fecha es significativa: es la etapa, establecida por los analistas de la política mexicana, como el arranque de la sucesión de los mandatos sexenales. Será, por tanto, el comienzo de la sucesión en tierras tamaulipecas en el primer gobierno de estirpe panista.
Una vez más se presentará el escenario de múltiples pistas: mientras Acción Nacional evalué las cartas con las que jugará la elección de presidentes municipales, diputados locales y legisladores federales, también pondrá singular atención al despegue de los posibles aspirantes a la candidatura del PAN a la gubernatura del estado.
En el escenario político panista 2022 figuran, al momento, dos personajes: el senador Ismael García Cabeza de Vaca y el diputado local Gerardo Peña Flores, líder del Congreso del Estado. Ambos forman parte del primer equipo cabecista y son protagonistas de los vientos del cambio.
Con resultados que, en términos generales, emiten una percepción favorable para el primer gobierno blanquiazul en Tamaulipas, el PAN prepara el proceso electoral 2020-2021 con un amplio margen de maniobra para sumar preferencias.
Existirá un factor especial: Habrá una gran cantidad de puestos de elección popular, incluyendo las planillas de síndicos y regidores en las contiendas municipales, lo que permitirá un mayor margen para el establecimiento de acuerdos y negociaciones con los grupos locales y regionales.
Esos acuerdos, siempre estarán más cerca de ser alcanzados por quien ejerce el poder y dialoga con los distintos grupos políticos y sectores de la sociedad.

MORENA: UNA BATALLA
CAMPAL INTERNA

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene una gran fortaleza política: el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.
Desde el podium de ‘Las Mañaneras’, AMLO sabe a la perfección que la comunicación es una herramienta fundamental de la política y, por tanto, ejerce una política de comunicación nunca antes vista en el país, con una presencia permanente en los noticiarios de televisión y radio, así como en las portadas de los periódicos y, por supuesto, en los sistemas informativos digitales y en las controvertidas redes sociales.
Esa comunicación política, cuestionada por especialistas, le reporta una aprobación y una percepción que, al momento, es más que favorable entre los ciudadanos.
Sin embargo, la gran debilidad política de Morena es depender de la decisión de un solo hombre, un personaje que, además, pretende sostener una especie de ‘sana distancia’ con el partido que él fundó y organizó para, en tan solo cuatro años, llegar a Palacio Nacional.
Al no ‘tirar línea’ en su partido (al menos no de manera abierta y clara), Morena se ha convertido en un ring donde se escenifica una batalla campal: todos contra todos.
Es una ríspida confrontación interna que se reproduce en los distintos niveles: el nacional, el estatal y, por consecuencia, en los escenarios locales. Los Morenos, al ser descendientes de los perredistas, salieron buenos para el pleito.
A nivel nacional, la desgastante pelea por la presidencia de Morena no se resolvió el año pasado. Será en 2020 cuando se defina, bajo el método de encuesta, el nombre de quien ocupe la dirigencia del partido de la Cuarta Transformación.
Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján, Mario Delgado y Alejandro Rojas Díaz Durán se liaron a golpes mediáticos por el liderazgo partidista, lo que condujo, tras ser ‘reventadas’ más de dos docenas de asambleas distritales en diferentes estados, a la suspensión del Congreso Nacional que debía realizarse el 20 de noviembre.
La disputa por la dirigencia nacional se reprodujo y se multiplicó en los estados y en los municipios del país en la búsqueda de sumar posiciones en los Consejos Estatales y, por consecuencia, en la obtención de los comités directivos en los estados.
En Tamaulipas la lucha fue cruenta. Los diferentes liderazgos políticos morenistas se confrontaron desde Nuevo Laredo hasta Tampico. Todos, de alguna u otra forma, salieron heridos de la batalla. No hubo ilesos. Si bien algunos grupos ejercieron su hegemonía, todos salieron ‘raspados’. La división se ahondó. El saldo fue negativo para Morena.
La reciente confrontación entre el subdelegado de Bienestar Social en Nuevo Laredo, Heriberto Cantú, con el delegado de los programas del gobierno federal en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal, ‘El JR’, es un ejemplo más de la división existente en el Movimiento de Regeneración Nacional en tierras tamaulipecas.
El senador Américo Villarreal Anaya, uno de los prospectos a la candidatura de Morena a la gubernatura del estado, ya hizo un llamado desde Güémez a mantenerse unidos en el proyecto lopezobradorista de la Cuarta Transformación. ¿Le harán caso?
De acuerdo al historial de pleitos internos morenistas, el índice de posibilidades indica que la división se mantendrá… al menos que llegue un sendo regaño desde Palacio Nacional y ponga orden.

RECONSTRUCCIÓN PRIISTA
DESDE LOS ESCOMBROS

Después de tres dolorosas derrotas en las urnas tamaulipecas (2016. 2018 y 2019), sumiéndose en la peor crisis de su historia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) busca iniciar una nueva etapa con la llegada de Edgar Melhem a la presidencia del comité estatal.
Si bien el escenario luce harto complicado para su resurrección, las circunstancias se podrían generar ante el desgaste, en diferente proporción, que sufren los partidos en el poder estatal o federal.
A partir de ese factor, el PRI comenzará el sinuoso capítulo de su reconstrucción, la que se dará con la necesaria limpieza de los escombros.
La reconstrucción priista en Tamaulipas pasará por la imperiosa necesidad de incrementar su porcentaje electoral con la meta prioritaria de obtener un mayor financiamiento público en la entidad. Sin recursos, en la virtual anorexia financiera, el tricolor no tendrá posibilidades de salir del virtual ataúd en el que se encuentra.
Este año será para la nueva dirigencia estatal del priismo el periodo para buscar no solo a los elementos que se distanciaron del partido ante su declive, sino de ir por recursos de quienes alguna vez confiaron en el partido.
Para aumentar su votación y, por tanto, las prerrogativas estatales, el PRI deberá postular candidatos conocidos o lo mejor posicionados en el mercado electoral, en especial en las contiendas por las presidencias municipales y las diputaciones locales (la elección por el Congreso del Estado es la que se toma como referencia para la obtención de recursos públicos).
Si el PRI logra en el proceso electoral 2020-2021 un resultado entre el 17 y el 20 por ciento, habrá dado un paso firme para llegar a un nivel ‘competitivo’ a la crucial contienda por la gubernatura del estado en 2022 con Enrique Cárdenas del Avellano como candidato.
Aunque el panorama tricolor es sombrío y desolador tras el resultado de la elección local de 2019, donde se quedó a décimas de convertirse en un partido de un solo dígito, algunos analistas opinan que el PRI ya tocó fondo en Tamaulipas.
Sin embargo, su reconstrucción será lenta, paulatina. Una reconstrucción que se realiza entre los escombros.

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