ESTADOS UNIDOS.- El nuevo y sigiloso coronavirus convirtió las máscaras faciales en accesorios omnipresentes, y eso significa que millones de estadounidenses ahora buscan formas de mantenerlas limpias. ¿Puede la luz ultravioleta cumplir con ese trabajo?
Idealmente, las máscaras faciales de un sólo uso deben desecharse, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Eso es ciertamente así en el caso de las máscaras N95 de primera línea, utilizadas por los trabajadores sanitarios, diseñadas para filtrar el 95% de las partículas diminutas cuando se ajustan adecuadamente a la cara del usuario.
Pero la semana pasada, los CDC publicaron una nueva guía sobre métodos de descontaminación para situaciones de emergencia, como la que se enfrenta ahora con la pandemia del COVID-19. Cualquier proceso de desinfección utilizado necesitaría matar el coronavirus sin dañar la capacidad de una máscara N95 de filtrar partículas o ajustarse cómodamente a la piel.
La radiación germicida ultravioleta es uno de los métodos presentados por los CDC, y la luz UV generó un gran interés por parte del público. Ya se usa en hospitales para desinfectar superficies contaminadas, y hay un mercado bastante robusto de dispositivos para consumidores, como esterilizadores para máquinas de apnea del sueño (aunque la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) hasta ahora no los ha aprobado). Otros productos pretenden limpiar teléfonos celulares y desinfectar botellas de agua.
Aquí hay una mirada más cercana a la luz ultravioleta, y por qué podría ser una herramienta útil para combatir el nuevo coronavirus en ciertas situaciones.
¿Qué es la luz ultravioleta?
La luz ultravioleta, también conocida como luz UV, es invisible para los humanos. Aunque es adyacente a la luz visible en el espectro electromagnético, sus longitudes de onda son demasiado cortas para que nuestros ojos puedan registrarlas y detectarlas.
Los rayos UV también son de alta energía, por lo cual si bien no podemos verlos, sin duda sentimos sus efectos. Por ejemplo, la luz ultravioleta generada por el sol es lo que genera un bronceado o una quemadura, y también puede provocar cáncer de piel.
La luz ultravioleta se divide en tres categorías, según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
• UVA: Esta es la forma de UV de energía más baja, y representa aproximadamente el 95% de la luz ultravioleta que llega a la Tierra desde el Sol. Puede penetrar profundamente en las capas de la piel, lo cual la hace responsable del efecto de bronceado inicial. También contribuye al envejecimiento de la piel, las arrugas y posiblemente al cáncer de piel.
• UVB: Este tipo de luz ultravioleta de mayor energía puede penetrar las capas superficiales de la piel. Es responsable del bronceado tardío (y ardor), y es un gran contribuyente del cáncer de piel y el envejecimiento. La mayor parte de la UVB que llega a nosotros es absorbido por la capa de ozono de la Tierra, por lo cual sólo representa aproximadamente el 5% de la UV solar que llega al planeta.
• UVC: La categoría de luz ultravioleta con la energía más alta (más alta sería ya territorio de los rayos X) también es la más dañina. Afortunadamente, la capa de ozono y la atmósfera la absorben por completo.
La luz UV utilizada en los dispositivos de desinfección médica es una longitud de onda particular de la UVC.
¿Cómo desinfecta la luz UV?
La luz ultravioleta puede penetrar en las células de los patógenos y dañar el ADN o el ARN que contienen su código genético, explicó Jim Malley, ingeniero ambiental de la Universidad de New Hampshire.
También hay alguna evidencia de que la radiación UV puede dañar los aminoácidos y las proteínas que protegen el virus o le permiten unirse e infectar una célula huésped.
Por lo tanto, ¿ya está en uso?
Sí. Hace más de un siglo que se emplea en la desinfección de artículos con UV, según Ron Hofmann, ingeniero ambiental de la Universidad de Toronto.
Muchos expertos consideran que el primer sistema de desinfección UV a gran escala para el tratamiento del agua se usó en Marsella, Francia, en 1910, agregó Malley.
Los dispositivos UV modernos vienen en una variedad de formas y tamaños. Algunos son de dimensión similar a los teléfonos celulares; otros pueden ser tan grandes como un Cadillac Escalade, o múltiples Escalades estacionados uno detrás de otro, como es el caso de los sistemas utilizados para desinfectar el agua potable en Los Ángeles y Nueva York, expuso Malley.
¿Puedo desinfectarme a mí mismo con luz UV?
De ninguna manera. Los rayos UV dañan la piel y los ojos, y ni siquiera sabrá que ello está sucediendo hasta que sea demasiado tarde. Y la luz UVC, que generalmente se usa en dispositivos comerciales, es la más perjudicial del grupo. Entonces, no, no intente usar los rayos UV en el cuerpo (la OMS está de acuerdo con esto).
Eso es particularmente importante porque los humanos no pueden confiar en su intuición para saber si están cerca de una fuente de UV que deberían evitar, indicó Malley. “Realmente no hay una segunda oportunidad”, manifestó. Con una dosis lo suficientemente alta de un poderoso sistema de descontaminación, “ese tipo de daño UV sería tan intenso que alguien perdería la vista”.
Si los rayos UV ya se usan en hospitales, ¿cuál es el problema?
El problema es que no ha habido mucha investigación para determinar si los rayos UV son efectivos para desinfectar las máscaras y otros equipos de protección personal. Tampoco se ha hecho bastante investigación para crear un dispositivo que lo haga activamente (después de todo, se supone que estas máscaras sólo deben usarse una vez y descartarse; la reutilización no estaba en el plan original).
El uso de métodos esterilizadores con UV en las máscaras no es tan sencillo como parece. Es mucho más fácil desinfectar superficies lisas y planas de hospitales con luz ultravioleta, como pisos y equipos médicos.
Dado que los rayos UV sólo pueden desinfectar sobre lo que brillan, cualquier sombra proyectada por los pequeños pliegues de una máscara podría evitar que esos puntos se descontaminen, precisó Hofmann.
¿Puedo desinfectar mi propia máscara con rayos UV?
En primer lugar, no debería preocuparse por desinfectar una máscara N95 si no es un trabajador sanitario en la primera línea de atención a pacientes. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) solicitan que ese equipo sea reservado para quienes más lo necesitan.
Para el resto de nosotros, que simplemente tratamos de no infectarnos -o contagiar a otros- cuando visitamos la tienda de comestibles, los CDC recomiendan usar una cubierta facial de tela, que se pueda lavar bien.
Dicho esto, no existen estándares independientes claros para determinar si los dispositivos de desinfección UV orientados al consumidor son realmente efectivos.
Tenga en cuenta que estos deben funcionar en una banda de longitud de onda específica, que históricamente ha estado en el rango de 254 nanómetros, para funcionar bien. Los investigadores intentan desarrollar otras longitudes de onda específicas para ciertas aplicaciones, pero el punto es que cualquier longitud de onda UVC antigua no funcionará.
“Hay que tener mucho cuidado, y estar seguros de que el dispositivo propio realmente haya demostrado que logra su cometido”, enfatizó Hofmann.
Muchos fabricantes han hecho afirmaciones falsas sobre lo que pueden hacer sus esterilizadores UV.
Además, el manejo inadecuado de un dispositivo potente conlleva el riesgo de daños graves en la piel y los ojos, remarcaron los científicos.
¿Puedo esterilizar mis cosas con UV a partir de la luz solar?
“Si tenemos tiempo libre, la luz del sol es maravillosa”, afirmó Malley. Pero “lleva mucho tiempo”.
Es decir, un tiempo muy largo. Probablemente sea mejor poner una máscara en una bolsa de papel marrón y colgarla de un porche bien aireado durante siete días, aproximadamente, consideró Malley. Para entonces, el patógeno debería estar muerto de igual manera.
CON INFORMACIÓN DE LOSANGELESTIME