México tiene la fortuna de contar con un presidente responsable, realista, congruente, optimista y por supuesto, honesto a toda prueba.
Así lo reconoce buena parte del mundo. Tanto, que algunos de los gobiernos más importantes lo sitúan como el líder anticipado al concepto de justicia y democracia, que sin duda prevalecerá después de transcurrida la crisis.
Es decir, cuando la humanidad reclame otro modelo de desarrollo social y económico, tras comprobar el fracaso rotundo del capitalismo y su brazo operador, el neoliberalismo.
Después de esta pesadilla, el nuevo orden y las relaciones entre las naciones tendrán que ser a partir de la solidaridad. De otra manera el género humano enfilará hacia su extinción.
De no aprender la lección, el destino no será otro. Es el desafío del futuro.
Por ello la necesidad del cambio hacia otro sentido de vida.
Lo material habrá de ser complemento de sobrevivencia, pero no decisivo, como hasta ahora lo fue, con los lamentables resultados que sacuden al planeta Tierra.
No extraña que la pandemia destruya los grandes imperios, reduciéndolos a la mezquindad de los intereses de unos cuantos, en perjuicio de los millones desaparecidos por enfermedades, guerras, invasiones, hambrunas y demás males inducidos para debilitar a los más vulnerables, e imponerles regímenes peleles para facilitar el saqueo de sus recursos naturales.
Ha sido el objetivo del poder bélico, capaz de masacrar y esclavizar por diversos métodos, sofisticados algunos, pero igual de efectivos a su desmedida ambición.
Sucedió en nuestro país, cuyos anteriores gobiernos entregaron soberanía y riqueza nacional al capital extranjero y sus cómplices, (algunos de los cuales ahora se ofenden al ser ventilados a la luz de su pobreza moral).
Estos traidorcillos son los que persisten en atacar a López Obrador, a patrocinar ofensivas campañas que por lo burdo, se revierten y exhiben a “los golpistas” como lo que siempre han sido.
Es la derecha fundamentalista ridícula e inmoral a la que no importa contratar a lo más sórdido de la comunicación, con tal de satisfacer su vocación discriminatoria y fascista.
Es cosa de observar la mayoría de los medios y sus “analistas”, para entender que se trata de rescatar privilegios, jugosos contratos e influencia, tendiente todo ello a la obtención de incalculable riqueza a la sombra del poder.
No aceptan que esto terminó.
Vergonzoso ejemplo acabamos de conocer, cuando Gustavo de Hoyos Walther, dirigente de Coparmex, incorporó a la cruzada anti presidencial, al conocidísimo provocador Javier Lozano Alarcón, (de triste memoria en el pasado neoliberal).
Fue una extraña contratación que apenas duró diez horas, ante las protestas de los integrantes de dicho organismo que exigieron a de Hoyos, seguir siendo vocero único, como lo establece el reglamento interior.
Una vergüenza para el sector patronal, disponer de individuos como Javier Lozano, que lo mismo sirvió al PRI desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo (con Z plis corrector), participando incluso en la campaña de Francisco Labastida Ochoa a la presidencia, para después incorporarse al PAN ocupando diversos cargos en el gobierno de Felipe Calderón, para llegado el momento, renunciar a este partido pretextando la presunta dictadura de Ricardo Anaya.
Seguro usted recuerda al chino Zhenli Ye Gon, en cuya residencia encontraron 207 millones de dólares, que de acuerdo a las declaraciones de este sujeto, estaban destinados a la campaña de Calderón, y eran resguardados en el lugar por instrucciones de Javier Lozano.
Desde luego que no se dijo más, eran tiempos del panismo, ni siquiera ante las afirmaciones del asiático quien siempre aseguró que faltaron 70 millones de dólares, joyas preciosas y lingotes de oro.
Hace algunos meses y presionado por periodistas, Calderón señaló que el dinero “se había gastado en obras sociales”, pero no hay memoria ni documentos que lo comprueben.
Este Javier Lozano que sin rubor regresó al PRI, para desempeñarse como propagandista de José Antonio Meade, durante su campaña presidencial.
Un “cartucho quemado”, cuyos servicios fueron solicitados por los adversarios de AMLO.
¡Haga usted el recabrón favor!.
El asunto es que pese a toda la cargada neoliberal, AMLO sigue construyendo su proyecto de gobierno.
Por ello tampoco extrañan las presiones de todo tipo, tratando de aprovechar el problema sanitario que sin bien afecta por su dimensión internacional, en nuestro país es atendida con toda la seriedad y el rigor que exigen las circunstancias.
Nada de regateos ni limitaciones materiales, por el contrario, recursos y profesionalismo suficiente, haciendo caso omiso a los descréditos con intenciones políticas.
AMLO conserva el suficiente carácter para enfrentarlo todo, por su calidad moral y profundo respeto a la democracia y justicia social.
Ahí sus adversarios han topado con acero.
EL MÉXICO DE LOS DESAFÍOS
El presidente López Obrador es optimista. Y también se lo critican, además de magnificar incidentes normales en esta gran tarea tendiente a que México salga bien librado de la pandemia.
Cualquier pequeñez es motivo de golpeteo, tan ridículo que no soporta el mínimo análisis.
Sus adversarios pretenden jugar con la inteligencia mayoritaria y su fracaso es evidente, cuando a medida que avanza el sexenio cada verdad va ocupando el lugar que le corresponde.
Y si se trata de los medios de comunicación y sus francotiradores, está claro que su credibilidad va paralelo a su desprestigio.
Sea en caída libre.
Y ni modo que sea invento.
AMLO es optimista digo, porque confía en la capacidad oficial para salir adelante, e insiste porque cuenta con información de primera mano, muy diferente a la manipulada por quienes pretenden dañar a la república.
No engaña ni miente, al afirmar que viene lo más difícil, pero que encontrará a una nación unida y a un gobierno responsable y dispuesto a enfrentar el problema con todos los recursos a su disposición.
Sus adversarios quisieran que mostrara debilidad, temor o incapacidad, pero se equivocan.
De ahí la intención de restarle fuerza, de limitarlo para que no actúe en consecuencia. Es el motivo de la oposición a la autorización del congreso, para en su caso, disponer de recursos, reprogramando el presupuesto ante cualquier emergencia.
Es la misma derecha fundamentalista, que jamás reaccionó ante la corrupción e inmoralidad de regímenes anteriores.
Que no se opuso a la estúpida adquisición de un avión presidencial con costo de 7 mil 500 millones de pesos, o la rapacería de la delincuencia de cuello blanco.
¿Y qué tal los miles de millones de pesos que los ex presidentes disponían en forma discrecional, sea sin rendir cuentas a nadie?.
En AMLO hay que confiar y acompañarle en su optimismo de que el próximo 17 de mayo, los primeros municipios regresarán a su actividad normal.
En cuanto a sus adversarios, no olvidéis que su dios es el dinero y que la causa social jamás ha sido materia de sus desvelos.
SUCEDE QUE
En silencio se fue el gran Oscar Chávez.
Otra razón para comprender que los sueños de otras generaciones no tuvieron cabida en el mundo materializado de nuestros días.
Nos quedamos con su música y el disfrute del canto antisistema y rebelde, que idealizó y por ello creyó en la libertad plena.
México está de luto.
Y hasta la próxima.