La pandemia del coronavirus no está domada en México… ni lo estará durante buen tiempo. Esa es la cruda verdad.
Decir lo contrario, expresar que ‘se ha podido domar la epidemia’, como lo hace el presidente Andrés Manuel López Obrador, es una mentira. Eso no es cierto.
Se entiende que el señor de Palacio Nacional quiere enviar un mensaje optimista, de sembrar una frase de esperanza en tiempos difíciles, pero la realidad es otra, distinta, oscura y llena de confusión e incertidumbre.
Un verdadero líder, un auténtico Jefe de Estado, debe hablar con la verdad, afrontar el escenario real sin ocultar cifras, sin maquillar datos con campañas de propaganda (de pésima confección, por cierto).
La realidad: México se encuentra en la etapa de ascenso acelerado de la pandemia. La estadística así lo establece: más de 40 mil casos confirmados, con un lamentable 10 por ciento de letalidad.
Lo más probable es que existan decenas de miles de casos más en todo el país, pero como la Secretaría de Salud del gobierno federal se ha negado a aplicar pruebas se desconoce el avance real de la epidemia, la presencia que tiene en cada región o zona metropolitana.
¿A qué se debe la reiterada negativa del gobierno de la Cuarta Transformación a la aplicación de pruebas para detectar los casos de Covid-19 entre la población? Existe un simple motivo: la austeridad republicana, la pobreza franciscana con la que opera el lopezobradorismo.
La aplicación de pruebas representaría un gasto que no quiere hacer el señor que vive y despacha en Palacio Nacional. Ese es su estilo: no quiere gastar… salvo que se trate de su refinería en Tabasco o del trenecito del Sureste.
Esta ‘ahorrativa’ decisión lopezobradorista, va en contra de una de las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hecha a todos los países para enfrentar la pandemia del coronavirus: hacer pruebas, muchas pruebas.
El problema de no hacer pruebas es que se transita ‘a ciegas’ en medio del pantanoso terreno de la pandemia. Se toman decisiones sin información precisa, sin números apegados a la realidad. Eso es un gravísimo error.
Los países que más éxito han tenido en el combate al virus son aquellos que han aplicado una mayor cantidad de pruebas: Corea del Sur, Singapur, Japón, Alemania.
China, por ejemplo, quiere aplicar 11 millones de pruebas en la región de Wuhan, donde surgió la pandemia del Covid-19, con el objetivo de evitar otro pequeño rebrote como el que apareció hace unos días y que encendió las alertas sanitarias.
Las pruebas ofrecen información puntual y, como se sabe, la información es fundamental para tomar decisiones en cualquier área, en especial en un gobierno federal.
Ya se sabe que el señor de Palacio Nacional odia a los especialistas, pero con la OMS debería hacer una excepción y escuchar con atención ya que se trata de un organismo internacional que sabe lo que dice y por qué lo dice.
Por lo que se observó ayer en la presentación del ‘Plan’ para la reactivación de actividades económicas, todo indica que el gobierno federal ya hizo su apuesta en la batalla contra el coronavirus: lograr la inmunidad de rebaño.
Así es: la apuesta de la Cuarta Transformación ante la enfermedad será que la mayor parte de los ciudadanos se contagien, la mayoría de ellos sin saberlo por ser asintomáticos y, de esa forma, ser inmunes a nuevos contagios.
Eso lo ha dejado entrever en algunas entrevistas el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pero la OMS ya señaló que ese ‘es un cálculo realmente peligroso’. La Organización Mundial de la Salud calificó ese tipo de políticas como ‘brutales’, ya que la vida de miles de personas están en juego.
No obstante, esa parece ser la apuesta del gobierno mexicano (y de muchos otros en el mundo), ya que la realidad económica ocasionada por el coronavirus también es brutal y asfixiante, con caídas descomunales del
Producto Interno Bruto (PIB) y con cifras espeluznantes en materia de desempleo.
Esa pandemia, la económica, tampoco está domada.
REPARTEN DESPENSAS CASA POR CASA
Chucho Nader y su esposa Aída Feres de Nader entregaron ayer despensas casa por casa en la colonia Fray Andrés de Olmos.
El presidente municipal de Tampico y la presidenta del sistema DIF local tocaron a las puertas de los domicilios y dialogaron con los vecinos, a quienes dieron los apoyos alimenticios y también cubrebocas, un insumo necesario en este periodo de contingencia sanitaria para afrontar la epidemia del Covid-19.
Además, Chucho y Aída pidieron a los colonos quedarse en casa, ya que es la mejor medida, por el momento, para mitigar la ola de contagios del virus.
Y PARA CERRAR…
Que René Sentíes, secretario de Bienestar Social y Deportes del Ayuntamiento de Tampico, ya tiene a su futuro operador político electoral. Se trata de un tal Jesús Nájera… ligado al ex priista José Antonio Marín Flores. ¿Qué tal?




