10 diciembre, 2025

10 diciembre, 2025

A favor o en contra del cambio

Polvo del Camino

Justo cuando la república enfrenta lo más delicado de la pandemia, reaparece la violencia en algunas ciudades importantes.

Sucedió durante la semana anterior, en la CDMX y en Guadalajara, como aparente protesta contra el salvajismo policiaco.

Pero vamos por partes:

Ya sabéis de la indignación contra el gobierno racista de los EU, tras el crimen de odio en la persona del afro-americano George Floyd, lo cual alimenta manifestaciones alrededor del mundo, multiplicando la confrontación entre el poder y la sociedad civil.

En el fondo se trata de la defensa de los grupos minoritarios, por siempre víctimas del imperialismo explotador. Es un sentimiento profundamente humanista.

El jueves anterior el hecho fue aprovechado por encapuchados en la capital del país, que salidos de los sótanos del conservadurismo, provocaron desmanes, atentaron contra la propiedad privada y destruyeron todo lo que encontraron a su paso.

Y este lunes los vándalos lo hicieron de nuevo, aunque en menor cantidad, pero con las mismas intenciones.

Ahora fue bajo el pedimento de justicia para Melanie, una adolescente agredida por policías durante la movilización del día señalado. La joven fue dada de alta y los elementos de seguridad bajo proceso.

Y ni como negar que la autoridad se ha visto impotente para actuar, por ese concepto tan especial que confunde el derecho a la manifestación con el libertinaje.

En este caso, digo y sostengo que el gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum ha sido humillado, con todo y que presume como secretario de Seguridad a Omar García Harfuch, nieto del general Marcelino García Barragán, (el imborrable secretario de la Defensa Nacional con Díaz Ordaz, en los días aciagos del Movimiento del 68, incluida la tragedia del 2 de octubre, y a quien algunos lo consideran “héroe” por haber rechazado un presunto golpe de estado propuesto por los gringos).

Omar es hijo de Javier García Paniagua, el temible ex director Federal de Seguridad, ex secretario de la Reforma Agraria, ex presidente del PRI que quiso ser candidato presidencial; y de la actriz María Sorté.

El asunto es que dicho funcionario parece no dar el ancho, lo cual implica que no cuenta con capacidad suficiente para implementar acciones que no avergüencen a la jefa de gobierno, y que tampoco atenten contra los derechos humanos.

“No li’ halla”, como dicen en el rancho.

De manera que la CDMX sigue en manos de grupos anarquistas, patrocinados por la derecha que desea ver convulsionada la nación.

Es el afán desestabilizador del panismo fundamentalista, que aliado con la reacción empresarial, insiste en retornar a los tiempos del neoliberalismo.

En este sentido el propio dirigente panista Marko Cortés (en el apellido lleva la fama), acepta que el actual régimen perjudica al PAN. ¡Y cómo no!, si le Cuarta

Transformación va contra todo lo que representa el neo porfirismo y la histórica deslealtad nacionalista de la derecha.

Y son tan mezquinos los panistas, dice AMLO, que se atrevieron a solicitar a la OMS que retirara la propuesta hecha al doctor López-Gatell, para que formara parte de su cuerpo de investigadores.

Son entonces los conservadores, quienes a través de la violencia pretenden alcanzar objetivos ahora negados por las mayorías.

Es la misma provocación que se manifiesta en diversas partes de la república.
Tocó también a Jalisco, donde el gobernador Enrique Alfaro Ramírez fue rebasado en su propia concepción desestabilizadora.

Este violento personaje tiene sus métodos para lograr poder. Uno de ellos es la confrontación verbal, que en el caso de AMLO le falló, cuando intentó involucrarlo en los hechos que el viernes sacudieron a Guadalajara.

Y aunque luego reculó, quedó la impresión de que a su fama de clasista y misógino, agrega la cobardía…midió mal al adversario, nomás por darse importancia, suponiendo que impresionaría al Presidente.

La respuesta de AMLO fue la esperada: “que no se retracte y que aporte las pruebas, si es que las tiene”. En pocas palabras lo llamó a no ser “rajón” y que se atenga a las consecuencias.

¡Pácatelas!.

Por su imprudencia, Alfaro Ramírez se exhibió y por lo tanto, ve disminuidas las posibilidades de convertirse en candidato presidencial, bajo las siglas del Movimiento Ciudadano, partido en el cual no milita pero que lo cobija, en atención a misteriosos pero explicables intereses, con el líder moral del mencionado partido, Dante Delgado Rannauro.

Y para que lo mida, EAR antes fue del PRI y del PRD, por lo tanto, actúa con lo aprendido.

Por supuesto, ni comparación con la moral de AMLO que también pasó por tales organizaciones, pero sin manchar su plumaje.

Alfaro fue rebasado digo, porque sus “halcones” cayeron atrapados por otra dimensión de poder que ahora lo condiciona.
Por lo pronto le falló el tiro, al pretender ensuciar la imagen del presidente de México.

Y hasta la próxima.

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