CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- “Pos ya le digo oiga, mi viejo sigue igual de malo pero esta terco de que no quiere ir al seguro, porque tiene miedo de contagiarse de ‘covit’ ¿como ve?” contaba Doña Gloria al Caminante una mañana de sábado mientras ‘echaban la concha’ al regreso de la tortillería.
– ¿Y que le duele a Don Toño? – le preguntó el vago reportero
– Pues no aguanta la columna, ahi por la rabadilla, y siente como un ‘tirón’ que le pasa por la nalga y le baja por la pantorrilla, mi cuñada le dice que es la ‘asiática’
– ¡Ah caray! se llama ‘nervio ciático’… ¿y dice que no quiere ir al seguro?
– Yo fui a preguntarle a un amigo que es afanador en consulta externa y me dijo que ningún especialista esta atendiendo… quien sabe si será verdad, pero de todos modos este hombre no quiere ir y se la pasa untándose pomadas para bajarle el dolor – relataba preocupada la vecina del Caminante.
Así como este caso hay muchos, producto del trastorno clínico que actualmente ha provocado la pandemia por Covid-19, lo cual ha derivado en un aumento en los consultorios anexos a farmacias de la conocida botarga y de médicos particulares. Pero además de esto, han hecho emerger todo un sector que se hallaba ‘en las sombras’: la medicina alternativa.
Hay en Victoria un considerable número de sanadores que ofrecen terapias y remedios ajenos a la medicina tradicional: desde iridiologos, hueseros, sobanderos, quiroprácticos y fisioterapistas hasta de quelación y reiki.
El Caminante ha vivido por experiencia, cuando sufrió un par de lesiones en la espalda: un médico familiar le examinó y determinó que era muy necesario prescribirle un relajante muscular que ayudara a eliminar una ‘sub luxación’ de un nervio. Sin embargo al final del tratamiento, el Caminante seguía experimentando el mismo dolor sin cambio alguno. Fue entonces cuando decidió buscar algún remedio alterno. Fue así como conoció un universo de posibles sanadores que en diversas ocasiones le ayudaron. La primera fue hace ya alguno años, una contractura en la parte alta de la espalda que le ‘pellizcaba’ el nervio y preguntando por aqui y por allá, encontró al un médico norteamericano de ascendencia hispana que había servido en la fuerza aérea de Estados Unidos, El doctor Rigo Mazariegos, que usando una técnica de neuro-pulsión ‘peinaba’ el ramal de nervios para corregir el problema. Sin embargo con el tiempo su fama atrajo la atención de personas ‘non gratas’ que ‘le cayeron’ y al médico no le quedó otro remedio que huir de esta ciudad.
Tiempo después el Caminante volvió a sufrir otra lesión similar: se lastimó del omóplato izquierdo y un dolor intenso se apoderó de él. Fue Cuando conoció a Don Lupe, el huesero, que en solo un par de sesiones le ayudó a sanar.
El anciano, encomendándose a sus seres de luz, aplicó presión y de un tirón colocó en su lugar el hueso que se había desacomodado.
Recientemente el andarín volvería a sufrir un dolor intenso, esta vez en el hombro derecho. En esta ocasión el huesero habría de hacer su misión al acomodarle la coyuntura de manera correcta, pero el daño ya estaba hecho: una vez mas un nervio que va de la parte alta de la columna, pasa por el omóplato y desciende por el tricep, antebrazo y que llega hasta los dedos se había ‘hecho bola’.
Fue entonces cuando por recomendación de su amigo Jacobo “el pizarrón” decidió visitar a una ‘quiropráctica inka’. De entrada el título le generaba cierta duda, pero era eso o seguir soportando un dolor agudo y continuo.
Al acudir a la cita con la quiropráctica, el Caminante le explicó concienzudamente cada uno de las terapias recibidas anteriormente y ella le explicó la raíz de su lesión y la manera en que sería tratado.
Fue necesario que un colega le ayudara a aplicar presión en la anatomía del vago reportero para aliviar la presión en su esqueleto y posteriormente ayudándose con ventosas lograron destensar el nervio que mantenía rígido y aturdido su brazo y hombro. Fue el inicio de la sanación.
Así como estos ejemplos, hay infinidad de opciones que si bien, algunas han sido desacreditadas, criticadas y hasta acatadas, también hay muchos casos de personas que han podido salir de un doloroso padecimiento gracias a estas terapias alternativas.
Habrá quien los apoye y quien no, pero lo cierto es que forman parte del necesario paisaje multicolor urbano de la capital tamaulipeca.