Desde que inició la pandemia de Covid-19 más de 50 trabajadores de la Salud han perdido la vida en Tamaulipas, de acuerdo al informe más reciente del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Respiratoria Viral, de la Secretaría de Salud del gobierno federal.
Este reporte, sitúa a Tamaulipas como la sexta entidad del país con más fallecimientos entre el personal médico.
En todo el país, se han contagiado 130,950 doctores, enfermeras, laboratoristas u otros profesionales de la Salud, de los cuales 1,790 han perdido la vida.
Son más de 2 mil los trabajadores médicos que han dado positivo a Covid-19 en Tamaulipas, lo que la ubica en la décima posición en este rubro a nivel nacional. Los primeros cinco lugares los ocupan el Estado de México, la Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco y Veracruz.
Al corte del 19 de octubre, según los datos oficiales, en la entidad había 56 médicos o enfermeras considerados como casos activos de la enfermedad.
El documento que publica la Secretaría de Salud del Gobierno federal aclara que con esta información, no se puede detallar si todos los contagiados o fallecidos por el virus, formaban parte activa del equipo que combate la epidemia en los hospitales.
Sin embargo, diferentes organizaciones y sindicatos sí han advertido el duro impacto que ha ocasionado el Covid-19 entre sus agremiados.
Igual que en la cifra total de fallecimientos por Covid-19 en Tamaulipas, Reynosa y Matamoros son las ciudades con más pérdidas para el gremio médico, pero también destacan otros municipios como los de la zona conurbada y la capital del estado.
Casi un mes después de que se detectara el primer caso de la enfermedad en Tamaulipas, se confirmó la primer muerte en el gremio de la salud. Ocurrió en la ciudad de Reynosa: un enfermero de nombre Julio Vicente Herrera perdió la vida en el hospital del IMSS de esa ciudad.
A los pocos días, se desató una ola de fallecimientos en el IMSS de Matamoros, donde se registró un grave brote que alcanzó a decenas de trabajadores.
El día 3 de mayo, murió el encargado de la farmacia, Fausto Almaguer Cisneros, y poco después un médico urgenciólogo, Israel Abraham Rodriguez Pinillo. En la misma ciudad, murieron el ginecólogo Jaime Hernández Rodríguez y el enfermero Alberto Arredondo Cruz, del Hospital General Alfredo Pumarejo.
También del IMSS, en Ciudad Madero, murió el neurocirujano Francisco Javier Rojas
“Con profunda pena amanecimos hoy, estamos de luto, el Dr. Francisco Javier Rojas Cruz, neurocirujano de nuestro querido HGR N°6 IMSS, falleció, después de una prolongada lucha contra el coronavirus; debemos cuidarnos, cuidar, apoyar y trabajar, esa es la lección de vida del doctor”, publicó el director del Hospital, Juan Ramírez.
El personal del Instituto Mexicano del Seguro Social ha sido el más afectado por esta epidemia, con 56,689 casos confirmados a nivel nacional, lo que representa el 43 por ciento de todos los contagios entre el personal médico del país.
Y las enfermeras han sido las más golpeadas por los contagios con un 42 por ciento del total, mientras que los médicos acumulan un 26 por ciento, un 2 por ciento laboratoristas, un uno por ciento los dentistas, y un 29 por ciento registrado como “otros trabajadores de la salud”.
Pero la mayoría de las víctimas mortales, de acuerdo a la Secretaría de Salud, han sido los doctores con un 49 por ciento de las muertes, mientras que las enfermeras representan un 18 por ciento.
El personal médico de Tamaulipas ha padecido también el agotamiento natural causado por las largas jornadas laborales, porque faltan médicos y enfermeras para atender una epidemia que cada día crece más.
El decreto que otorgó licencias al personal considerado como vulnerable, permitió que miles de doctores y enfermeras pudieran quedarse en casa para cuidar su salud, pero ello generó una sobrecarga en aquellos que se quedaron en los centros de trabajo realizando extensas jornadas laborales para cubrir todos los turnos.
‘Hemos salido adelante’
No es casualidad que, como indica el reporte oficial, sea el personal de enfermería el que padece un mayor número de contagios: «Estamos cansados, queremos también disfrutar de nuestra familia, nuestros papás, que por alguna razón no podemos estar tan cercanos; algunos tienen enfermedades crónicas y sabemos que ésta es una de las muchas cosas que ataca el Covid-19», expresa la enfermera Diana Lara.
Por su parte, Diana indica que han atestiguado casos de mejoría en que el paciente se va a su casa con sus familiares, pero también muchas defunciones.
«Y mientras la gente no haga conciencia de eso, esta pandemia irá para más tiempo».
Irene López de la Fuente detalla que el desgaste físico lo origina la carga de trabajo; el emocional viene del vaivén que representa sentir satisfacción de ver a unas personas que se recuperan y se van de alta y a otras que fallecen.
«Te llena de gratificación el estarle brindando los cuidados necesarios a los pacientes; ver que se vayan de alta pues es lo mejor que hemos vivido; pero también nos da para abajo cada paciente que se nos ha ido al cielo».
Por su parte, el enfermero Jonathan Caballero agregó que existe un exceso de trabajo día a día para cada uno de sus compañeros de enfermería, que es derivado precisamente de que la enfermedad es nueva para todos, generando mucho estrés.
«Pero gracias a Dios hemos salido adelante poco a poco”.
Igual que desde el primer día, y con más razón ahora que existe la amenaza latente de un rebrote, le piden a la población “cuidarse, a no echar en saco roto las recomendaciones que hacen la Secretaría de Salud y todo profesional que se dedica al cuidado del paciente».
‘A mí también me da temor’
Además del cansancio y del riesgo constante que implica convivir todos los días con el virus, el personal médico ha tenido que enfrentar constantes actos de discriminación.
«Un familiar me dijo ‘ven por unas cosas’; nos pusimos de acuerdo y cuando llegué esta persona, en lugar de bajar, me arrojó todo desde el segundo piso”, cuenta Erika, quien atribuye estas actitudes al desconocimiento de su trabajo.
«A mí también me da temor, pero me da más temor estar afuera…», comenta, refiriendo que en un área especializada en este tipo de pacientes, se tiene la plena certeza de la presencia del virus, por lo que no se escatima en precauciones, mientras que en el exterior simplemente no sabes dónde está y relajas las medidas.
Eso fue lo que le respondió a otra persona que le dirigió este tipo de comentarios: «Yo realmente estoy más protegida que tú, que estás afuera».
«Llegas a esa área, te pones un equipo de protección, te sellas completamente para que nos se filtre absolutamente nada; estás agarrando cloro, gel antibacterial, te estás lavando las manos constantemente; sales y haces una rutina para salir de esa área, y otra vez agarras cloro, gel antibacterial, te lavas las manos y te metes a bañar».
«De nuevo: estoy más protegida yo adentro que tú afuera; tú te vas a todas partes y yo estoy en un lugar que sé que está contaminado y hago la rutina para prevenir el contagio».
POR: STAFF