El martes por la noche Donald Trump se fue a la cama con la reelección en la bolsa, al menos eso creía, anoche, si es que se acostó, lo hizo con la frustración de la derrota inminente, estados de ánimo que seguramente fueron compartidos en el Palacio Nacional de México, donde Andrés Manuel López Obrador debió pasar una muy mala noche; la de anoche.
Así es mis queridos boes, hasta anoche Joe Biden, demócrata, estaba a la cabeza de los votos electorales, lo que lo convertiría en el Presidente de Estados Unidos más votado, mientras Donald Trump sería el perdedor igual más votado, luego de una elección que tuvo una participación del 65%.
Claro que AMLO no estaba en la boleta gringa, ni siquiera vota allá, pero se arriesgó a mostrar sus simpatías por Trump, hasta su imagen fue usada en los spots del republicano y en dos años de su gobierno sólo le ha dedicado palabras de agradecimiento y elogios.
El alineamiento de López Obrador con Trump es tan ilógico, como que un niño considere su mejor amiguito a su más cruel bullyng.
Es incomprensible, porque acá en México en las mañaneras todos los días arremete contra los conservadores, los neoliberales, los empresarios fifis y resulta que todo eso es Trump y su partido el Republicano.
AMLO y su decisión de apoyar a Trump fue tan incongruente, porque se supone que MORENA y él son de ideología de izquierda y resulta que apoyaron al de la derecha y despreciaron a Biden que si bien se declara de centro, cuando es necesario tira hacia la izquierda.
Es tan incomprensible que a López Obrador no le importó que Trump hubiese llamado delincuentes, narcos, secuestradores a los mexicanos que cruzan la frontera en busca de un mejor porvenir, tampoco que se refiriera a México como una letrina y otros adjetivos igual de insultantes.
Con todo y eso, a pesar de que propios y extraños recomendaban tomar un poco de distancia con Trump, el Peje fue a Washington a servirle de tápate al magnate que ya estaba en campaña y se rehusó a buscar un acercamiento con Biden.
AMLO apostó y perdió, aplicó el dicho aquel de que más vale malo por conocido que bueno por conocer, ahora habrá que ver cuáles son las consecuencias de una pésima decisión, que vista rigurosamente hasta se pudo tratar de una intervención en un proceso electoral ajeno.
Pero la entrega de AMLO hacia Donald Trump ha sido vergonzoso, su silencio ante los insultos lo deja en calidad de lacayo del imperio y no se diga el sometimiento que muestra cada qué hay desde Washington una amenaza.
Porque Trump lo ordenó, el gobierno de AMLO dio un vuelco a la política migratoria de México, que de ser un país amigable con los centroamericanos a su paso por estas tierras, se convirtió en el ‘policía golpeador’ que a toda costa los detiene desde la frontera sur.
Trump ha presumido que la Guardia Nacional de México tiene a 27 mil efectivos que le sirven de muro contra los migrantes.
Por eso ahora que es inminente la derrota de Trump, lo es también un severo revés para AMLO y su 4T, porque con los demócratas solo han habido desacuerdos.
Los capítulos del tratado de libre comercio que se firmó el año pasado referentes a la ley del trabajo y los derechos laborales, la posibilidad de inspectores griegos en nuestro país, fueron una exigencia de los demócratas.
Es decir ahora se tendrá que comenzar de cero con la relación Azteca/gringa y quien sabe qué tanto más tenga que ceder López Obrador a costa del país.
Por eso creo que la derrota de Trump debe haber cimbrado los aposentos del tabasqueño y la doctora Beatriz Gutiérrez Muller, a menos que no hayan entendido el mensaje que han mandado las urnas; lo que es muy posible.
El mensaje es muy simple: lo del martes fue en realidad un plebiscito sobre el trabajo de Trump, los ciudadanos lo reprobaron por su pésimo manejo de la pandemia del Covid y los más de 200 mil muertes.
De las urnas también se manda el mensaje de rechazo al personaje estridente que es Trump, un tipo que apela siempre a la división de la sociedad norteamericana, que ofende a quienes no piensan como él, que odia a la prensa crítica y que en sus apariciones públicas en sus discursos la mentira, las verdades a medias y los pronósticos imposibles son la constante.
El mensaje pues para AMLO y compañía deben quedar claros, porque aunque acá a mitad de sexenio se supone que el presidente se someterá a la revocación de mandato y resulta que la descripción de Trump calca nítidamente la imagen de López Obrador.
Porque igual que el gringo, AMLO minimizó la pandemia, decía que serían 6 mil muertes, ya mero llegamos a 100 mil, se rehusa a usar cubre bocas como el vecino y todos los días divide al país y ataca a la prensa.
Con un ingrediente más en contra de AMLO, mientas en EU antes de la pandemia el país crecía, en el México del Peje ya estábamos en recesión económica, desempleo galopante y una crisis de inseguridad a la alza.
EL PACTO A CONSULTA…
El Congreso del Estado en el que manda Gerardo Peña Flores comenzó a darle forma al apoyo a la batalla que libra el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca y los otros 9 mandatarios de la Alianza Federalista por revisar el Pacto Fiscal.
La bancada azul presentó una iniciativa que contempla que sea el Congreso local el que haga la consulta popular en los 43 municipios y ya hasta delinean la pregunta que va en este sentido:
“si está de acuerdo en que lo que recauda el gobierno central en Tamaulipas por el pago de impuestos federales se quede aquí en nuestra entidad federativa para beneficio de las y los tamaulipecos y se aplique en obras de infraestructura, mejoramiento de estos servicios públicos y apoyo de los sectores productivos de todos los municipios del estado”.
POR MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA