México.- Desde que inició la pandemia por coronavirus el mundo ha entrado en un periodo con grandes dificultades en varios aspectos, como el económico, de salud y educativo; México no es la exepción, pues el confinamiento ha obligado a limitar la salida a espacios públicos de la ciudadanía, dejando a millones sin empleo y a estudiantes sin la posibilidad tomar clases.
Si bien, es cierto que se adoptó una modalidad de estudios virtuales, con clases en línea y transmitidas por televisión, hay grupos demográficos que no tienen los recursos económicos suficientes para recibir esas clases, porla falta de internet, celular, computadora e incluso de televisión.
Recientemente en la colonia de bajos recursos Ampliación Bicentenario, ubicada en Culiacán, Sinaloa, «Los Chapitos», hijos de Joaquín Guzmán Loera supuestamente construyeron una escuela para que decenas de niños no perdieran el ciclo escolar. Noticia que de importancia nacional al atender un problema que pocos han atendido.
Por ello, la Secretaría de Educación Pública (SEP) estableció tres niveles de comunicación y participación de los estudiantes con docentes a través de «Orientaciones pedagógicas y criterios para la evaluación del aprendizaje para la educación preescolar, primaria y secundaria en el periodo de contingencia sanitaria generada por el virus SARS-coV2 durante el ciclo escolar 2020-2021.
- Comunicación y participación sostenida. Cuando existe una comunicación continua entre el titular del grupo o asignatura y sus alumnos.
- Comunicación y participación intermitente. Cuando la comunicación entre alumnos y docentes es esporádica o parcial.
- Comunicación inexistente. Cuando no hay posibilidad de dar seguimiento al proceso educativo de los educandos.
Estas consideraciones van encaminadas de que todos los estudiantes tengan oportunidad de sacar adelante el ciclo escolar, dando posibilidad a su profesor o profesores de calificarlos con distintos criterios según sus posibilidades.
Para esto, la SEP planteó para todos los niveles y modelos de aprendizaje, lo siguiente:
- Priorizar la función formativa de la evaluación.
- Emplear estrategias complementarias para el aprendizaje.
- Valorar los avances a partir del contexto particular de las y los estudiantes.
- Considerar las condiciones específicas en las que la emergencia sanitaria afecta a cada alumna y alumno.
- Asignar calificaciones sólo en los casos donde el personal docente tenga certeza de las condiciones de salud, accesibilidad y acompañamiento de sus estudiantes.
- Utilizar la evaluación como un instrumento para mejorar el aprendizaje.