Pasaran algo así, como unos 250 años, según las temidas proyecciones mundiales sobre la igualdad de género, para que dejemos de hablar de nuestras primeras veces: la primera mujer que se fajó los pantalones, la primera que invento y se montó en la bicicleta, la que fue a la universidad, la que llegó a científica, la que voto o la que fue votada, tenemos tantísimas veces y todavía en esta era es noticia la primera que llega al cargo de vice presidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, que por cierto llega como pionera en muchos hechos históricos, la primera de color, la primera feminista y la primera hija de emigrantes, por mencionar algunos.
Aunque falta el engorroso trámite del voto por voto que pide Trump, así como los eventos a que haya lugar para que jure como presidente Joe Biden y si otra cosa no sucede, llegará a la Casa Blanca, Kamala, que vendría a ser, guardadas las proporciones, algo así como nuestra Olga Sánchez Cordero, primera mujer en México en ocupar el cargo de la Secretaria de Gobernación, esto significa que en una emergencia nacional y al faltar el presidente, ellas se convierten en automático en líderes de la nación. Ni México ni Estados Unidos, ya lo hemos comprobado en las urnas, estan preparados para tener una mujer presidente como ya ocurre en muchas naciones, pero con un golpe de fatalidad, Olga o Kamala harían historia.
Como pioneras, las mujeres de nuestro tiempo, enfrentan muchos retos más que el simple hecho de ser mujer, tienen que labrar camino con mucha rudeza entre los hombres de la política, sacrificar familia o enfrentar el escrutinio público que es más lapidario con ellas que con ellos. Pero, además deben enfrentarse al jefe misógino y machista que ambas tienen, Kamala y Olga tienen además de sapiencia administrativa y colmillo político, mucha paciencia para trabajar con personajes que se retratan a sí mismos como contrarios al feminismo. Aquí en México, Andrés Manuel López Obrador ha sido muy claro en el tema de las mujeres, no tiene perspectiva de género y ya hemos abundado aquí sobre las carencias en las políticas públicas, antaño definidas para las mujeres.
Allá en el vecino estado, estrenarán un presidente que llega con acusaciones firmes de acoso sexual, con evidencias gráficas de manoseos y la aceptación propia de que, por el acercamiento a la gente, ha llegado a incomodar a más de una, dice entender las nuevas normas sociales y promete que reparará su conducta, al menos la pública. El 2020 ha sido nombrado por la ONU como el “Año de la generación de la igualdad” y aunque la pandemia freno muchos de los eventos programados para la ocasión, bajó de intensidad el movimiento feminista en las calles y confinó a muchas mujeres en su casa, el pandémico año ha sido de grandes cambios sociales, en buena hora para las mujeres.
Kamala Harris, senadora y ex fiscal de California presento sus aspiraciones presidenciales, pero las guardo de momento, para unirse a la candidatura de Biden, ahora llega pisando fuerte y en su primer inspirador discurso ha dicho “Puede que sea la primera mujer en el cargo, pero no seré la última”.