Como si no hubiera nada que combatir, el Día Internacional de la Lucha contra la Corrupción, no fue tema en la mañanera. Aunque algunos funcionarios mexicanos si tuvieron que enlazarse en Zoom, 15 expositores, diez hombres, cinco mujeres, encabezados por Irma Eréndira Sandoval de la Función Pública, en un foro virtual, como mero trámite de formalidad ante la ONU.
Este 9 de diciembre se reiteró el llamado para que las naciones se tomen en serio el combate a las malas administraciones y a la corrupción, sobre todo en medio de la pandemia por Covid 19, que se requiere de apoyos para la emergencia, adquisiciones públicas abiertas y transparentes y cumplimiento a normas internacionales anticorrupción, en el sector público y privado.
Importante el apunte que hace la ONU para que se proteja a comunicadores y periodistas que denuncien la corrupción durante la actual pandemia y sobre la urgencia de que países, como el nuestro, alineen sus estrategias de lucha contra este mal, con la Convención de la Naciones Unidas contra la corrupción. A los gobernantes, Antonio Guterres les recordó que “La corrupción es criminal e inmoral, y representa la máxima traición a la confianza pública.
Es aún más perjudicial en tiempos de crisis, como está ocurriendo ahora en el mundo con la pandemia. La respuesta al virus está creando nuevas oportunidades para explotar la supervisión débil y la transparencia inadecuada, desviando recursos que debían estar destinados a personas que se encuentran en su momento de mayor necesidad”.
El virus saca a la luz las flaquezas de los sistemas de salud, que como un cáncer en la medula padecen de malversación de fondos públicos, contrataciones de servicios y medicamentos a modo y malas administraciones. Esto afecta a enfermos que no reciben medicamentos, vacunas y tratamientos y priva a los profesionales de la salud de mejores salarios y equipo de protección. La crisis sanitaria abre más alternativas para malos negocios bajo el cobijo de la salud pública.
Por este mismo bicho, habrán de crearse estímulos económicos para empresas afectadas y aquí hay otro nicho de oportunidad para los corruptos. De igual forma, algunos gobiernos se sacarán de la manga apoyos extraordinarios para los más pobres y sin transparencia ni rendición de cuentas, estos podrían llegar a las manos equivocadas y no a quien más lo necesita.
En el sector educativo, con premura tendrá que adquirirse tecnología e infraestructura para mejorar entornos académicos, si se hace como siempre, sin honestidad, será otro negocio lucrativo a la sombra del aprendizaje en línea. Sin embargo, si toda la población padece los efectos negativos de la pandemia de la corrupción, estos se acentúan en las mujeres, y así lo etiqueta la ONU “Las normas tradicionales, culturales y sociales que promueven a la mujer como principal cuidadora y que con demasiada frecuencia colocan a la mujer en situación de desventaja en la fuerza laboral, han resurgido con un efecto de latigazo en el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género”.
Las estrategias emergentes se están tomando sin consideraciones de género. Y son las mujeres quienes representan el 70 por ciento de la fuerza laboral en el sector salud, pero al mismo tiempo no son tomadas en cuenta para manejar con liderazgo la pandemia. En otro segmento, la emergencia ha sacado a las mujeres de su profesionalización y desarrollo laboral, para quedarse en casa y esto les traerá consecuencias graves en corto plazo.
La sugerencia, que nadie escucha aquí, es involucrar a las mujeres en la toma de decisiones, en la asignación de fondos para la emergencia, promoviendo una recuperación inclusiva. Donde las mujeres tienen voz se garantiza la diversidad de ideas y se tiran redes corruptas, aumentando la transparencia de cuentas.
No lo digo yo, lo sustentan los estudios globales. Para recuperarnos de la pandemia con integridad, las mujeres deben estar en primer plano, pero no en gabinetes paritarios simulados, sino en serio, y sí aquí el presidente cree que la corrupción no existe y que las mujeres son floreros, con que ganas se va a combatir este flagelo.