Tampico alto.- Para la gran mayoría de los pequeños productores en la zona, la cosecha de jícama que está por concluir en su totalidad, dejó un saldo de deudas y pérdidas económicas severas.
Lo anterior porque sumado a la crisis económica de la pandemia del coronavirus, la mala calidad del producto que no alcanzó buena talla en el peso, termina beneficiando al «coyotaje».
Esto fue admitido con tristeza los pequeños productores Alfredo Gallardo y José González al referir que entre los mismos productores se afectan en su desesperación por tratar de vender su producto y le facilitan todo el camino a los coyotes.
Esto al dar a conocer que los mal llamados intermediarios, arriban al sector en el periodo de la cosecha y buscan vendedores algunos ofrecen un precio me terminan bajándolo el problema es cuando otro productor ve a qué precio lo vendió su competencia y ofrece la jícama más barata.
«Yo como productor ofrezco el kilo de jícama 5 pesos, pero el coyote no lo quiere comprar y terminó vendiendo 4, pero algún otro productor se entera de eso y después aborda el coyote primero y le ofrece el kilo a 3 de esta forma nos hundimos y el único beneficiado es el intermediario, que con un ínfimo gasto tiene grandes beneficios».
Por lo anterior es importante que se establezca acuerdos para defender el precio del producto y no se caiga en la desesperación y en una competencia desleal, de lo contrario todos los productores son afectados.
Por Víctor Montiel/ La Razón
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021