21 diciembre, 2025

21 diciembre, 2025

El regreso de la cantaleta de ‘busquemos crecer’

LA FERIA / SALVADOR CAMARENA

Las cifras del Coneval que desnudan graves deficiencias del lopezobradorismo han provocado el retorno de los argumentos de que lo que le hace falta a México, primordialmente, es crecer económicamente. Esa narrativa implica, una vez más, equivocarse de debate.
Los ciudadanos comprenden muy bien que si hay empleos todo irá mejor. Y que lo opuesto es dantesco, sobre todo para ellos que padecen más la escasez de oportunidades. Esa obviedad –que los mexicanos entienden de economía– es olvidada a menudo por los partidos de la oposición y por otros actores sociales, como empresarios y analistas.
Pero que el obradorismo se muestre incapaz de generar condiciones para una economía boyante no supone, en forma alguna, que la gente desee un retorno al modelo donde todo lo que importaba era cuidar el crecimiento –encima mediocre– del PIB.
La discusión debería tener dos planos: cómo paliar los múltiples efectos negativos de la inoperancia económica obradorista, sin tirar por la borda el mandato que pedía “crear riqueza” con equidad de oportunidades y, sobre todo, erradicando abusos, influyentismo y, por supuesto, la rampante corrupción asociada por décadas a ese modelo.
López Obrador sabe que no lo está haciendo bien. Pero confía en que sus adversarios sigan equivocando el debate.
Por eso, el viernes que le preguntaron al Presidente si a partir de las cifras del Coneval su gobierno cambiaría de política social, él contestó no con una evasiva sino con un recordatorio sobre lo que los ciudadanos privilegiaron al elegirlo: “Ya me estoy convenciendo (de cambiar la política social), ya, de que hay que cambiarla, hay que volver a la condonación de impuestos, hay que rescatar a los de arriba, hay que seguirle dando dinero a los periódicos para que hablen bien de uno, la voy a cambiar, ya lo estoy pensando”.
Al apelar a defectos identificados con la clase política-empresarial que él derrotó, López Obrador quiere por supuesto evitar que las cifras de la pobreza y el fracaso del Insabi se conviertan en el tema de discusión. Pretende que el debate sea, en cambio, sobre los lastres que el anterior modelo nunca combatió.
Empero, en la acera de enfrente son incapaces de entender que están llamados a dar los dos debates: siguen sin darse cuenta de que o hacen una tarea de revisionismo sobre los pecados del modelo anterior, o perderán de nuevo la discusión con el Presidente, así tenga éste un récord económico horroroso y perjudicial sobre todo para los más pobres.
La oposición y los liderazgos empresariales actúan desde la lógica de que datos tan incontrovertibles como los del Coneval provocarán el desgaste necesario –si no que para ellos urgente– de López Obrador y su movimiento. Subestiman, de nuevo, la capacidad del tabasqueño para generar empatía con resentimientos sociales más añejos y agraviantes.
Nadie dice que PRI o PAN, y no pocos empresarios, la tengan fácil si de hacer una autocrítica se trata. Tan les cuesta trabajo entender el momento político que vivimos, que en Palacio Nacional han de haber hecho fiesta con la designación de Jorge Romero como líder la bancada panista. Difícil encontrar piñata más a modo en temas de corrupción. Sin un discurso alternativo al del Presidente, que se haga cargo tanto de la sombría realidad económica como del anhelo de no retornar a un modelo que cuidaba sólo a los de arriba, entonces números como los del Coneval de la semana pasada seguirán surgiendo sin que el gobierno sienta apremio de corrección pues nadie amenazará su hegemonía.
Que haya menos pobres, pero sin abusos de los de siempre.

POR SALVADOR CAMARENA

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