No ha sido fácil descifrar las últimas determinaciones que han tomado el Instituto Electoral de Tamaulipas y el Tribunal Electoral del estado.
Tampoco resulta sencillo entender la extraña relación que mantienen las dirigencias estatales del PRI y el PAN.
A las puertas de un proceso electoral al que seguramente acudirán aliados, pero todavía peleando por los resultados del 2021 -ni más ni menos que por la conformación del Congreso- es fácil equivocarse a la hora de hacer cualquier pronóstico sobre la cada vez
más intrincada realidad política tamaulipeca.
En los últimos días por ejemplo, se ha dado casi por un hecho que la determinación del
Tribunal Electoral del Estado de tumbarle dos plurinominales al PAN para dárselas al PRI,
forma parte de un acuerdo en el que de alguna forma ambos partidos salen favorecidos.
El PRI alcanza el estatus de grupo parlamentario, lo que además permitiría tener representación en la Junta de Coordinación Política.
La versión es muy verosímil si además se observa el perfil de los priístas que llegarían
al Palacio Legislativo tras el reacomodo ordenado por el Tribunal Electoral.
En las últimas semanas, Alejandro Guevara Cobos sobre todo, ha dado suficientes
muestras de simpatía con el PAN, para entender que a la hora de las votaciones será
un aliado de los blanquiazules.
Si se da crédito a la versión del pacto, el anuncio que hizo ayer Luis René Cantú “El Cachorro”, sobre la impugnación que presentarán ahora ante el Tribunal Federal,
tendría que considerarse como parte de una gran puesta en escena.
Pero antes de comprar esa teoría, también vale la pena observar el comportamiento del
Tribunal Electoral de Tamaulipas.
A favor de rechazar el reparto que había hecho el IETAM, votaron los magistrados
Edgar Iván Arroyo, René Osiris Sánchez y Edgar Danés Rojas; en contra las magistradas
Marcia Laura Garza y la presidenta, Blanca Hernández Rojas.
La votación fue idéntica a la del proyecto que ratificó en el ámbito estatal la victoria de
Carmen Lilia Canturosas en Nuevo Laredo.
Esa ponencia estuvo a cargo del magistrado Edgar Danés, quien defendió con
fuerza su postura en una discusión que se alargó mucho más de lo normal, y que por
momentos llegó a niveles de tensión que no suelen verse al interior de este organismo.
Es verdad que los dos asuntos que más polémica han suscitado, el reparto de plurinominales y la elección de Nuevo Laredo, terminarán por resolverse en el ámbito federal. Pero las más recientes votaciones del Tribunal Electoral del estado son una clara muestra de que la nueva realidad política de Tamaulipas, surgida después del 6 de junio, modificó todos los escenarios.
Y confirman que la cercanía de la próxima elección impide analizar a través de los
cristales de siempre los nuevos episodios de la tragicomedia tamaulipeca.