TAMAULIPAS.- Américo Villarreal Anaya lleva más de cuarenta años de su vida inmerso en la práctica médica. Pero para el hijo de un gobernador de Tamaulipas que antes fue senador y subsecretario federal, no debe ser sencillo crecer apartado de la política.
Por eso, en algún punto de su vida ambos caminos se unieron hasta llegar a este momento en el que preside la Comisión de Salud en el Senado de la República, y seguramente dentro de muy poco, se registrará como aspirante a la candidatura de Morena para la gubernatura de Tamaulipas, 28 años después de que su padre dejó el cargo en manos de Manuel Cavazos Lerma.
Después de una vida académica que dividió entre la Ciudad de México, Sinaloa y su Victoria natal, Villarreal Anaya ocupó diferentes cargos entre las décadas del noventa y el 2000, relacionados todos con la salud pública.
Especializado en la cardiología, ocupó la jefatura de la Unidad de Cuidados Intensivos Coronarios del Hospital General de Victoria, del que algunos años después fue nombrado Director.
También encabezó la dirección médica de Pemex y una subsecretaría de Salud. Pero el inicio de su camino profesional puede situarse en 1976, cuando ingresó a la Escuela Mexicana de Medicina de la Universidad La Salle, en la Ciudad de México.
Ahí mismo había estudiado el Bachillerato, en los tiempos en que su padre se desempeñaba como director de Obras Hidráulicas de la Secretaría de Recursos Hidráulicos en el Gobierno Federal.
Cuando Américo Villarreal Guerra ya era Subsecretario de Infraestructura en la misma dependencia, de la que pasó al Senado, Villarreal Anaya estaba terminando su carrera.
En ese momento, empezaba su acercamiento real con la práctica médica, como interno en el Hospital General de Zona en el Instituto Mexicano del Seguro Social en Los Mochis, Sinaloa, mismo estado al que cuarenta años después volvería como delegado especial de Morena para contribuir al triunfo de Rubén Rocha Moya.
En 1987, cuando su padre llegaba a la gubernatura de Tamaulipas, Villarreal Anaya hacía la residencia de su especialidad en el Instituto Nacional de Cardiología, en la Ciudad de México.
Parece inevitable comparar la trayectoria de los dos Américos, y de inmediato el primer rasgo en común salta a la vista: ambos forjaron una carrera política cimentada en una sólida formación académica y técnica. Américo Villarreal Guerra construyó una trayectoria notable en el ámbito de la ingeniería hidráulica, y Américo Villarreal Anaya lo hizo en la medicina.
LA CONEXIÓN TABASQUEÑA
La primer señal clara del proyecto político que se ha diseñado para el senador, la mandó el propio dirigente nacional de Morena.
El 16 de abril, en el primer tramo de las campañas políticas para renovar la gubernatura en Sinaloa, Mario Delgado subió al templete en un mitín, tomó el micrófono y lanzó un mensaje que no tardó en retumbar hasta el Golfo de México: “Américo Villarreal Anaya que se desempeña como delegado de Morena en Sinaloa, lo traemos en pleno entrenamiento porque pronto se va a ofrecer allá en Tamaulipas para llevar la Cuarta Transformación (…) está agarrando ritmo para regresar a Tamaulipas”.
Tras el evidente espaldarazo de su líder, el posicionamiento de Américo se solidificó cuando se conocieron los resultados de la elección sinaloense: ganó la gubernatura por más de 20 puntos, una amplia mayoría en el Congreso del estado, todas las curules federales que estaban en juego, y 15 de las 18 alcaldías. Villarreal Anaya fue nombrado candidato al Senado de la República el 18 de febrero del 2018, en fórmula con la profesora Guadalupe Covarrubias de Tampico.
Para entonces, Morena ya había inaugurado el uso de las encuestas como método de selección, así es que fueron los sondeos los que le dieron a Américo el primer lugar en la fórmula.
Sorpresivamente dejó en el camino a José Ramón Gómez Leal, que para entonces ya había intentado dos veces ganar la alcaldía de Reynosa.
Era la campaña en la que Andrés Manuel López Obrador competiría por la presidencia de la República y lucía apabullante. Pero pocos se esperaban que el 8 de julio, Morena ganara con tanta contundencia la elección por el Senado en Tamaulipas y lograra colocar al doctor y a la maestra en la Cámara Alta.
Al final, se contabilizaron 684 mil votos para la coalición Juntos Haremos historia y 434 mil para el PAN. LINAJE POLÍTICO Con todo y su eminente perfil técnico, no puede ignorarse que Américo creció inmerso en la política, en una familia con una larga tradición de intensa participación social en el centro del estado.
Además de su padre gobernador, en el árbol genealógico está por ejemplo el también doctor Cipriano Guerra Espinoza, fundador de la Sociedad Mutualista “Alianza Obrera Progresista” de Ciudad Victoria. También aparece su tío Emilio Villarreal Guerra como importante influencia política en la formación de Américo.
De aguda inteligencia, el hermano del gobernador era fiel representante de una de las corrientes políticas más poderosas que ha tenido el estado: la del doctor Norberto Treviño Zapata, que gobernó Tamaulipas de 1957 a 1963. A ese linaje perteneció el gobernador Américo Villarreal Guerra.
El ahora aspirante a la gubernatura de Tamaulipas tiene su primer referencia política en el químico Manuel Guerra, que fue diputado federal y presidente del PRI en la mitad del siglo pasado, y que fue uno de los primeros impulsores de su padre.
La buena fama que se hizo el tamaulipeco como especialista en materia hidraúlica lo llevaron muy pronto a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, cuando ahí despachaba como titular el tabasqueño Leandro Rovirosa Wade.
Sin saberlo, en ese momento se fraguaba una conexión personal que muchos años después tendría importante repercusión para la familia Villarreal. A través de Rovirosa Wade, Américo Villarreal Guerra comenzó una amistad con Andrés Manuel López Obrador que por aquellos tiempos comenzaba una incipiente carrera política en su estado.
Prácticamente desde la formación de Morena como partido en Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, se sumó a los trabajos políticos. “Bienvenido, y me da gusto que esté aquí, Américo Villarreal”, dijo Andrés Manuel López Obrador en diciembre del 2016 durante una visita a Victoria, poco después de la primera participación -fallida por la cantidad de votos obtenidas del partido en una elección local.
Ese día, tuvo palabras positivas para el ex gobernador: “uno de los mejores técnicos de México, de los mejores, en el conocimiento de la política hidráulica en el país. Constructor de las grandes obras hidráulicas de este país… Me da mucho gusto que su hijo esté aquí”.
DE VICTORIA…
Américo Villarreal Anaya nació el 23 de mayo de 1958 en Victoria, Tamaulipas, donde ha vivido buena parte de su vida, salvo el periodo académico y laboral que lo llevó a la Ciudad de México.
Aquí ha fungido como Jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Coronarios del Hospital General, del que después fue director. También ha sido Catedrático de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y de la Universidad La Salle, y subsecretario de Calidad y Atención Médica y Hospitalaria de los Servicios de Salud del estado en dos periodos.
Su consultorio particular se encuentra desde 1991 en una casona antigua de la calle Hidalgo, entre las calles 19 y 20. No muy lejos de otra propiedad emblemática de la familia: la casa que perteneció a su tío Emilio Villarreal Guerra, en la misma calle Hidalgo.
Américo vive junto a su esposa, la también doctora, María de la Luz Santiago que ha sido voluntaria del DIF estatal, en una casa de un piso en la calle El Palmar, del fraccionamiento Las Palmas.
El matrimonio tuvo tres hijos: Américo Villarreal Santiago, que ha ocupado cargos en el gobierno del estado en diferentes periodos; Francisco Villarreal Santiago, ingeniero biomédico de profesión que ha hecho una carrera en la iniciativa privada dentro del sector energético; y María Villarreal Santiago, que se dedica a la fisioterapia con énfasis en la llamada neurociencia del dolor.
En la Ciudad de México, Américo Villarreal renta un departamento a donde llega cuando tiene sesiones en el Senado.
El resto del tiempo -mucho más durante los últimos meses- lo pasa en la entidad desde donde apuntala el proyecto político que muy pronto podría dar sus primeros frutos.
LA SALUD PÚBLICA
El 13 de septiembre Américo Villarreal Anaya subió a la Tribuna de la Cámara Alta para defender su iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, que obligará a todas las instituciones públicas del país a dar atención urgente a cualquier persona que se encuentre en peligro, sea cual sea su derechohabiencia.
Ahí pidió seguir avanzando, “transformando la atención de la salud de la población mexicana”. Minutos después, el dictamen se aprobó de manera unánime por todas los partidos.
De esa forma quedó avalado lo que comentan políticos de diferentes partidos: el senador tamaulipeco ha cobrado particular relevancia en la esfera nacional de la salud pública. La arriesgada apuesta de la cuarta transformación para modificar de raíz el sistema sanitario federal ha encontrado en Américo a uno de sus principales voceros.
Su protagonismo en esta discusión nacional creció desde diciembre del 2020, cuando fue nombrado Presidente de la Comisión de Salud en el Senado, en sustitución de Miguel Ángel Quintero, quien solicitó licencia para ser candidato a la gubernatura de Nayarit, y tras ganar las elecciones, el fin de semana pasado asumió el cargo.
Para nadie es un secreto que Américo apunta a la misma ruta, que podría comenzar dentro de muy poco -en noviembre- cuando se apliquen las encuestas formales de Morena.
Las probabilidades a su favor son muy altas si se observan las que se han publicado hasta el momento, y que lo favorecen por amplios márgenes sobre los demás aspirantes.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
Expreso-La Razón
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021