TAMAULIPAS.- Los antimonumentos nacen en México, hace casi diez años, tienen su epicentro en la Cdmx, pero ya hay replicas de estos en Jalisco, Guerrero, Quintana Roo, Chiapas o Veracruz, de los más fotografiados están el símbolo de “Los 43” y el de “Los Feminicidios”, y este fin de semana se colocó “La Monumenta”, renombrando la glorieta de Colón, por “la glorieta de las mujeres que luchan”.
La intervención en el espacio público donde pretenden colocar una esfinge representando a la mujer indígena, sustituyendo la de Colón, estuvo a cargo de mujeres que luchan por otras mujeres, la Colectiva “Antimonumenta Vivas Nos Queremos”, que celebraron ahí un emotivo acto, de compasión y empatía con todas las mujeres que en este país son víctimas de algún delito y que la mayoría de las veces sigue impune.
El centenar de activistas que estuvieron en tendencia este fin de semana, postearon un texto para explicar la intervención “Este lugar es desde ahora la Glorieta de la Mujeres que Luchan y está dedicado a aquellas que en todo el país han sufrido y enfrentado violencia, represión y revictimización por luchar conta las injusticias”.
A las Mujeres Buscadoras y Rastreadoras; a las Mujeres que Luchan por Justicia; a las Defensoras del Agua y del Territorio; a las de los Pueblos Originarios, a las Estudiantes Indígenas, A las Mujeres históricas; a las Zapatistas, Afro mexicanas, Defensoras…a todas las mujeres que con sus luchas han construido nuestra historia, la que sostienen este país con dignidad. ¡Nosotras escribimos la historia!”.
Pero el Estado no esta preparado aún para este tipo de conversación, de debate, de diálogo, de protesta pacífica, de las mujeres.
En general, no les embona ningún chile cuando se trata de una expresión de exigencia de justica por y para las mujeres. Ni la diamantina morada, ni las marchas, ni los gritos, ni todo lo escrito. Poco, muy poco, duro el gesto, al amanecer la glorieta otra vez estaba en blanco, fue intervenida por los trabajadores de la limpieza pública del gobierno de Claudia Sheinbaum y borraron toda huella de las feministas, en menos de 24 horas.
Todavía no secábamos las lagrimas provocadas por la dolorosa manifestación de las mujeres en lucha, cuando ya había limpiado la escena de los crímenes. Mientras una duerme, el patriarcado intenta limpiar sus culpas.
El nombre de Maricela Escobedo y Miriam Rodríguez, entre un centenar más, escritos por familiares de las víctimas de feminicidio, madres de los normalistas y buscadoras de todo el país, junto con la etiqueta #HastaSerEscuchadas, desaparecieron de la noche a la mañana. “Borraron los nombres de las mujeres que luchan. Habrá que volver a escribirlos.
Nunca tendrán la comodidad de nuestro silencio” apuntaron las reclamantes, ahora, en los imborrables muros de sus redes sociales, ahí están como huellas digitales, el recordatorio de un Estado que no las escucha.
Están las mujeres retomando los espacios públicos, las calles, están re escribiendo la historia, pero ¿Qué es lo que les molesta? Las autoridades que quieren borrar el pasado y negar el presente, tuvieron el peor de los tinos al hacer el borrado de lo escrito por las madres de normalistas, precisamente el día que se conmemoran 7 años, de la desaparición forzada de los 43 estudiantes.
Y no es que estén mal asesorados, es que demuestran una y otra vez que no tienen la más mínima sensibilidad ante el reclamo de las mujeres.
Aquí, en lo más cercano, cantan peor las rancheras, se filtra una lista del posible gabinete local que entraría en funciones en el cabildo victorense, y parece que no conocen la paridad de género, ni idea tienen del reclamo social de las feministas, por más participación de las mujeres en la gobernanza, que se traducir
EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO COND
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021