Como políticos promiscuos etiquetó el presidente a los lideres de partidos políticos y grandes empresarios que se unen para la alianza “Sí por México”, pero esa foto dice más que mil palabras y lo que no quiere ver el presidente es que sí son de los mismos.
Esa estampa se parece mucho a las que todos lo días salen de las mañaneras y reuniones de gabinete federal, y también se parece mucho a las fotos de los funcionarios en reuniones bilaterales entre México y Estados Unidos. O las imágenes que emanan del partido en el poder, todos son iguales.
La foto promiscua presenta a doce hombres sonrientes alrededor de una larga mesa donde acordaron unir fuerzas para “defender a los mexicanos” de este mal gobierno, el anfitrión fue el PRI, el vetusto partido político en de todos los demás han abrevado, el mismo que todo siguen de ejemplo, todos cortados con la misma tijera y enarbolando la misma bandera, los intereses propios.
Antes de este retrato, que las feministas hicieron viral, hubo otro del cinco de octubre, también promiscuo, ahí en la cabecera Bartlett, como gerente de la CFE, rodeado de 16 hombres, también en una mesa larga de alguna sala de juntas para “cerrar filas a favor de la reforma energética de AMLO”, pero esta foto si le hizo gracia al presidente, pues ahí hablaban bien de él.
Las fotografías, aunque son extraordinarias, son parte de la galería de “malandrines” de todos los días, en todos los medios es destacada la participación de ellos, se fortalece su imagen y su discurso, porque solo ellos toman la palabra, por eso no dejan entrar más mujeres en la toma de decisiones.
A fuerza de insistencia feminista desde la colectividad es que se han ido reformando las leyes para que cada vez más mujeres participen en política pública, primero las cuotas de género, ahora con la paridad en todo, pero no en los arreglos que hacen, casi en los oscurito, en las reuniones que luego trascienden y que se realizan a manera de cabildeo para acuerdos entre “machines” sin voz ni voto de las mujeres.
El panista Creel reconoció el yerro y aventó un tuit señalando que deberían demostrar en hechos que están de acuerdo en la inclusión e igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, su historial público no lo puede borrar, en 2008 tuvo que reconocer, por presión pública, una hija que cuatro años antes había concebido con una artista, la mujer debió mantener el secreto a sugerencia del padre.
Sin temor a equivocarme, se puede decir mucho de todos los que envalentonadas se sientan a la mesa a tomar decisiones políticas para todo el país sin el menor asomo de vergüenza, concentrados en la misógina y el machismo que fortalecen con su pacto patriarcal.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE