¿Dónde están los candidatos independientes -que perdieron la contienda- a la rectoría de la Universidad Autónoma de Tamaulipas?
¿Lanzaron algún proyecto alternativo de Universidad, sobre el cual gire su trabajo de base en la comunidad universitaria: maestros, profesores, investigadores, administrativos y de intendencia?
¿Se sabe de la programación de eventos en el claustro -y fuera de él- para expandir el interés de sus propuestas -por hoy aniquiladas- entre los universitarios?
Desde el inicio de la contienda por la Rectoría, se sabía que esos candidatos, se convertirían en entes testimoniales. Ni a eso, -hasta ahora- han llegado. Se asemejan,
a esos partidos electoreros que durante las campañas son unos tigres para hacer propuestas innovadoras y revolucionarias…
…y al finalizar la jornada electoral, se van a sus casas felices por las negociaciones obtenidas con sus derrotas.
Hasta hoy, no se les ha visto consistencia a esos emergentes -con todo y lo excesivo que pueda parecer el término- actores universitarios. Tras la derrota, metieron la cabeza en la arena a esperar -probablemente- la próxima contienda para la renovación de la Rectoría que se les fue de las manos.
Como los caudillos, los candidatos independientes, pusieron lo vertebral de sus programas renovadores en sus talentos individuales -si es que los tienen- para
dar un vuelco a las políticas universitarias. No lograron concitar simpatías hacia sus proyectos. Diversos grupos destacados en la UAT, les hicieron el vacío.
Los aspirantes no alineados, ya por falta de liderazgo, ya por falta de confianza en las trayectorias de ellos, fueron soslayados por las mayorías en nuestra Máxima Casa de Estudios.
Tan mal les fue a los independientes, que aturdidos por sus descalabros,
no han alcanzado a transformar esa acción perdedora, en una victoria moral para la consolidación de propuestas progresistas que sirvan de eje para jornadas democráticas futuras.
Perder no es vergonzoso.
Lo de pena ajena, es dejar las banderas propias tiradas a mitad del campo de batalla para que la pisotee la bota enemiga.
Tenemos un líder, -AMLO- que por más de 30 años enarboló un ideal hasta llevarlo a la realidad.
Nuestros universitarios independientes, con apenas un mes de campaña, lucen tristes, ojerosos, cansados.
En Política, los deseos de cambio, no pueden quedarse sólo en el mundo de las reflexiones.
Si a algunos universitarios, no les gusta trabajar y menos pensar, rechazan esforzarse, se niegan a batallar y odian sacrificarse, ¿para qué se meten redentores?..
POR JOSÉ ÁNGEL SOLORIO MARTÍNEZ