TAMAULIPAS.- Las encuestas electorales efectuadas vía telefónica sobre la carrera por la gubernatura de Tamaulipas dadas a conocer esta semana han puesto una vez más de relieve lo que ya es del dominio público, que o no se ajustan a los métodos científicos de investigación para recolectar, procesar y analizar la información o que se trata de muestras amañadas.
De acuerdo con la encuesta levantada del 25 al 29 de enero por el periódico El Financiero, por ejemplo, el precandidato de la Alianza Va por Tamaulipas, César Verástegui Ostos, encabeza las preferencias ciudadanas con un 34 por ciento y que el de la coalición de Morena, Américo Villarreal Anaya, se encuentra cuatro unidades abajo.
El resultado de la medición realizada por la encuestadora Massive Caller con corte del 25 de enero, en cambio, es totalmente distinto: indica que Américo está al frente de las simpatías populares con 46.3 puntos, más de 23 puntos arriba de el Truco al que le da 22.9.
Se deduce que una de las dos consultoras miente o que al menos sus sondeos de opinión están equivocados.
Es necesario destacar que en otros procesos electorales las dos consultoras realizaron encuestas fallidas. Recientemente las de Massive Caller indicaban que la aspirante a candidata a gobernador de la 4T, Maki Ortiz Domínguez, era la favorita para ganar el proceso interno pero el elegido fue Villarreal Anaya.
Al Financiero le ha ocurrido igual. Hace seis años sus entrevistas decían que el líder de las preferencias electorales de la disputa de la gubernatura tamaulipeca era el candidato del PRI, Baltasar Hinojosa Ochoa, sin embargo, el triunfador de la contienda fue el de Acción Nacional, Francisco García Cabeza de Vaca.
Por obvias razones, la mayoría de los medios de comunicación del Estado han dado una difusión abrumadora a la encuesta de El Financiero y prácticamente ninguno a la de Massive Caller que, por ese motivo, ha pasado prácticamente inadvertida.
Hablando de otras cosas, el alcalde de Tampico, Chucho Nader, y el Delegado de la Coalición “Va por Tamaulipas” y ex alcalde de Altamira, Juvenal Hernández Llanos, sostuvieron el martes pasado una reunión de cara a la elección de gobernador del 5 de junio que resultó fructífera para la causa del PAN, el PRI y el PRD y el proyecto político que encabeza el panista Verástegui Ostos.
El encuentro fortalece el trabajo aliancista y la tarea de convencer a los votantes de que la propuesta albiazul es la mejor opción.
El que, por otra parte, parece que trae los santos de espalda y los astros en contra es Gilberto Lozano.
El 23 de septiembre de 2020, cuando el dirigente de FRENAAA instaló un plantón en el Zócalo de la ciudad de México para exigir la renuncia del López Obrador, un ventarrón se llevó por los aires las casas de campaña vacías que había establecido en el lugar y el 10 de diciembre de 2021 un cuadro de la virgen de Guadalupe le cayó encima, en el momento en que despotricaba contra el Presidente de la República.
Esta semana, para variar, en el acto que el opositor llevaba a cabo para comentar la frase “se puede uno caer, pero hay que levantarse” que el inquilino de palacio nacional pronunció en la mañanera, irónicamente Lozano se cayó de la silla en la que agraviaba al tabasqueño.
El incidente, como era de esperarse, provocó risas entre el público, incluido el propio primer mandatario, quien al comentar el asunto dijo ”Yo traigo el Ángel de la Guarda, pero a los que se juntan con el diablo les va mal”, en aparente alusión al dirigente del Frente Anti AMLO.




