Con diversas evidencias, AMLO ha mostrado el lado obscuro de importantes medios de comunicación, así como de algunos de sus colaboradores que practican la innoble función de “golpeadores”. En ciertos casos parecieran pelitos personales, pero la realidad es que ahora como nunca sale a la luz pública el grado de complicidad alcanzado en los tiempos del neoliberalismo.
Usted dirá que hay asuntos, como el de Loret de Mola, que el supremo gobierno no debiera tomar tan en serio porque disminuye la institución presidencial, y quizá tenga razón, sin embargo es preferible correr el riesgo considerando que la Transformación incluye hablar con verdad aun en los temas por tradición intocables, como es la estrecha relación entre el poder y los llamados “voceros de la opinión pública”, estos que cumplen el triste papel de justificadores de actos contrarios al interés ciudadano.
Desde luego los auténticos periodistas aplauden la actitud oficial de mostrar la podredumbre informativa que denigra el oficio y distorsiona la realidad. Recordad que los que ahora critican a la 4T, callaron ante la privatización de empresas públicas y la entrega sin límites ni condiciones, de los recursos naturales al capital extranjero. En este sentido, es cosa de revisar los nombres de quienes se desgarran las vestiduras calificando a AMLO como dictador, para entender su enojo y ansias vengativas por la pérdida de los privilegios del pasado.
El caso de Loret de Mola, ha tomado carácter escandaloso por ser un pretexto más para atacar al Presidente de México. Estos (as) que firman sendos desplegados y dan rienda suelta a su odio, son los fieles defensores de la derecha conservadora y los gobiernos que los colmaron de “favores” especiales donde no faltaron contratos que redituaron enormes ganancias económicas. AMLO se encarga de señalarlo con nombres y apellidos, es aquí donde los beneficiados sienten lastimada “su honorabilidad”, sea que el desprestigio les alcanza cuando en otros tiempos eran ejemplo a seguir.
Una campaña más contra el Jefe de la Nación que inunda los espacios en influyentes medios de comunicación, digo, donde prefieren golpear que señalar los avances transformadores a favor de las mayorías porque esto es lo que menos les importa. Por supuesto que en esta cruzada se valen de autoridades heredadas por el neoliberalismo incrustadas en instituciones como el INE, el Poder Judicial y en algunas otras cuya moral ahora mismo está en entredicho. Y ni modo que sea invento.
TIEMPO DE ENCUESTAS
La empresa Electoralia, cuyo director es Ricardo Gamundi, dio a conocer la última de sus encuestas la cual circula profusamente en redes. Entre las principales referencias se encuentra la votación a gobernador del estado donde Américo Villarreal Anaya mantiene ventaja de diez puntos sobre su principal adversario. Respecto de las coaliciones, la diferencia para la que encabeza Morena es superior en 17 puntos, mientras que en Revocación de Mandato un promedio del 61 por ciento de los tamaulipecos están a favor de la permanencia de AMLO, contra el 19 negativo y el 20 por ciento indeciso.
En cuanto al régimen lidereado por López Obrador, el 56 por ciento lo acepta, frente al 37 por ciento que lo rechaza. En términos generales es el resultado de la mencionada investigación cuya empresa responsable señala que es un sistema de encuestas probabilísticas, sistemáticas y por conglomerados con representatividad estatal, en base a 2 mil 500 entrevistas completas y nivel de confianza estadística del 95 por ciento con un margen de error de más menos, 1.96 por ciento…”pos qué güeno”.
SUCEDE QUE
A veces la locura también ayuda…Agradezcamos a doña Elba Esther que por unos días distrajo la mortificación nacional causada por la pandemia.
Y hasta la próxima.
Por Max Ávila
