“Para ser inteligente, la revolución digital debe incluir a las mujeres” sentenció la ONU este 11 de febrero Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, fue apenas que en el 2015 se proclama esta efeméride para reflexionar sobre el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia de mujeres y niñas, además de sugerir a las naciones acciones de igualdad de género y empoderamiento femenino en la tecnología.
Sin embargo, como cada fecha conmemorativa, está solo sirve para recordarnos la brecha de género que prevalece en este ámbito, actualmente por cada 10 investigadores, solo 3 mujeres avanzan en el campo de la ciencia.
A nivel mundial, ellas representan una cuarta parte de los especialistas en ingeniería, el 40 por ciento de los especializados en computación y el 22 por ciento de los profesionales que están dedicados a la Inteligencia Artificial. El techo de cristal también las afecta en este nivel, pues no logran alcanzar puestos de liderazgo en las empresas tecnológicas. El estudio de la ONU pone como ejemplo a Estados Unidos donde las mujeres dejan su trabajo especializado por sentirse infravaloradas, pero este panorama se registra en todo el mundo.
Y “la brecha de género se amplía a medida que ellas avanzan en su carrera académica, con menor participación en cada peldaño sucesivo del escalafón, desde la alumna de doctorado hasta la profesora asistente o la directora en investigación y maestra titular. En general, las investigadoras tienen carreras más cortas y peor pagadas”, cita la ONU.
Recientemente en México, las feministas sacaron a relucir los intentos del CONACYT por poner más freno al desempeño de las mujeres en la investigación, acusando una reforma que pretende disminuir becas con base a la situación personal de la becaria, si está embarazada, casada o tiene hijos. También se compartieron historias de estudiantes y profesoras que batallan más para tener representación de alto nivel.
“Las mujeres suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos y solo el doce por ciento de los miembros de las académicas científicas nacionales son mujeres”.
En reconocimiento a la inteligencia femenina, en esta conmemoración los discursos oficialistas animaban más a las niñas y a las mujeres para que se sumen al campo de la ciencia y la tecnología, pero no hay propuestas eficientes para que separen Glos pies del suelo pegajoso que muchas veces las ancla a su situación familiar, la maternidad y la atención doméstica que se acrecentó con la pandemia.
Este año además se ponderó la participación de las investigadoras en la lucha contra el Covid 19, se insiste que las mujeres deben ser parte de la economía digital y se llamó a evitar perpetuar más los prejuicios tradicionales de género en el campo del estudio.
En México, se debe desterrar la frase hecha por el patriarcado para cerrar el paso a la superación femenina: Mujer que sabe latín, no tiene marido, ni tiene buen fin y revalorar la importante contribución de las mujeres en la investigación y en el desarrollo de las sociedades sustentables, sin prejuicios ni discriminación.
Por Guadalupe Escobedo Conde
