ESTADOS UNIDOS.- El sueño de todo adulto es juntar dinero para poder comprar una casa a la que puedas llamar hogar. Anna Elizabeth Prillaman, de Virginia, Estados Unidos, cumplió su cometido y se hizo de una hermosa residencia antigua en el condado de Henrico, la cual compartiría con su querido perro Alfie.
Sin embargo, un día rutinario de limpieza se convirtió en un misterio por resolver cuando estaba en el ático, ya que notó una pequeña puerta que no había visto antes. La joven descubrió que ésta no estaba cerrada ni atorada y decidió explorar qué era lo que habían guardado los dueños anteriores.
Lo que Anna encontró fue un enorme tesoro que data de hace casi 70 años. No era un mapa o monedas de oro, como ella creía, sino dos cajas llenas de emotivas cartas de amor, todas escritas a mano, con sello postal y lo más impresionante, todas en su sobre original. Sin duda un hallazgo que sorprenderían a las nuevas generaciones que suelen comunicarse vía digital.
“No hay ‘SMH’, OMG o LOL’. Son oraciones completas. Oraciones gramaticalmente correctas”, relató en entrevista con WTVR.
Aunque Anna sintió que invadía la privacidad de las personas que se las enviaban, decidió leer una carta, fue cuando descubrió que las habían escrito dos jóvenes llamados Betty Sue y Vance Broyles, quienes se enamoraron cuando estaban -al parecer- en la escuela secundaria John Marshall, en Richmond, Virginia.
Según relató la chica en su Facebook, eran más de 200 cartas que databan de 1955 y el enamorado era marinero, por lo que constántemente le escribía a Betty diciéndole lo mucho que la extrañaba y cuán feliz era en los momentos que podía estar con ella.
Se propuso buscar a los enamorados
Anna Elizabeth publicó la emotiva historia de amor en su cuenta personal de Facebook y ésta pronto se hizo viral. Y es que aunque sentía que había invadido la privacidad de Betty y Vance, ahora no podía deshacerse de las hermosas cartas. Así que se propuso recurrir a internet para encontrarlos a ellos o a sus familiares.
Y es que aunque la ilusión era devolverle su tesoro a la pareja, existía la posibilidad de que al final ya no estuvieran vivos o, bien, que no se quedaran juntos, como prometían en las cartas. Afortunadamente, el amor que los dos se profesaban pudo más que la distancia y al final, ambos hicieron una familia.
Eso lo supo Anna luego de que tras varios intentos la contactara un hombre de Oregon llamado Dalton Young, quien dijo conocerlos. Cuando habló con la mujer, le contó que esa tierna pareja eran sus queridos abuelos, quienes tristemente ya habían fallecido. Sin embargo, ahora atesora los bonitos escritos que intercambiaron cuando apenas empezaba su historia de amor.
“Creo que es tan hermoso conectarse a nivel humano con personas que ya no están aquí con nosotros, ¿sabes?”, dijo Dalton a Anna.
CON INFORMACIÓN DE HERALDO DE MÉXICO