Menuda tarea tendrá el nuevo super delegado de Tamaulipas, Luis Lauro Reyes, quien entrará en funciones a partir de mañana martes, siempre con la pesada losa sobre los hombros de demostrar que la responsabilidad no le queda grande.
Al ex alcalde de Güémez ya le habrán dicho quienes le dieron esta encomienda, que la posición a la que llega es muy distinta a la presidencia municipal que ostentó hasta el 2021, cuando Morena no le permitió buscar la reelección.
Las dimensiones son muy distintas: en su último año como alcalde de Güémez tuvo un presupuesto de 76 millones de pesos mientras que la delegación de programas para el desarrollo en Tamaulipas ejerce 7 mil millones de pesos al año, en apoyos asistenciales que deben llegar a medio millón de personas, desde niños hasta adultos mayores, amas de casa y productores.
Además de las tareas relacionadas con el bienestar social, a Luis Lauro le tocará coordinar las delegaciones que sobreviven en Tamaulipas, relacionadas con temas tan diversos y trascendentales como la seguridad, y claro, la aplicación de la estrategia nacional de vacunación, que como ya ha ocurrido en el pasado, en cualquier momento puede salirse de control.
Sobra decir que del correcto funcionamiento de esos programas y del aparato federal en su conjunto, depende en buena medida el éxito electoral de Morena en la próxima elección. La estructura de los programas sociales es también la estructura territorial de la Cuarta Transformación, ni más ni menos.
Por eso también estará bajo el escrutinio la habilidad de Luis Lauro como operador político, y sobre todo su fidelidad al proyecto obradorista, porque tan pronto como se conoció su nombramiento, salieron a la luz videos de archivo que ponen en duda su consistencia ideológica.
¿Sabrá el ex alcalde el reto que tiene enfrente? Seguramente ya se lo hicieron notar. ¿Tendrá la capacidad para superarlo? Eso está por verse. Lo emocionante de todo este asunto es que su prueba de fuego llegará muy pronto.
El político nativo de El Carmen tendrá que enfrentar el reto de que no se le cumpla una de tantas frases del filósofo de Güémez: Voy a subir arriba, y luego bajar abajo.
LAS PENAS DE ZERTUCHE
Los días siguientes no serán tan fáciles para el diputado Armando Zertuche, coordinador de la JUCOPO, si se cumplen los vaticinios de otra desbandada en la fracción de Morena.
La ya maltrecha mayoría podría pasar a ser una penosa minoría si se cumplen los pronósticos sobre la deserción de dos diputados más de esa fracción, identificados con Maki Ortiz.
Hay sin embargo quienes apuestan a que la astuta ex alcaldesa de Reynosa no moverá los hilos de poder que tiene en sus manos hasta fines de abril o principios de mayo, cuando ella pueda visualizar quién lleva la ventaja para negociar su futuro y el de su hijo.
Para Morena, si llega suceder la deserción, sería catastrófico. En lo corto pasaría a ser una simple minoría, y su futuro en el mediano y largo plazo sería aún peor, porque como fuerza política caería en un estado de debilidad extrema, insuperable.
Pero sobre todo evidenciaría cuán frágiles son las lealtades y cómo se construyó un movimiento con liderazgos movidos más que nada por la ambición y el oportunismo.
A PROPÓSITO…
En la larga fila de aspirantes a dirigir lo que queda del PRI, apuntan ahora al ex alcalde Álvaro Villanueva. No le damos mucho crédito a la versión pero Radio Pasillo insiste.