La veda electoral por la Consulta de Revocación de Mandato y los comicios sucesorios en Tamaulipas, plantea retos para que los Presidentes Municipales puedan comunicar eficazmente a los ciudadanos lo que están haciendo en estos meses.
La marcha del gobierno no se puede detener, lo cual incluye la prestación de servicios públicos, la ejecución de obras y la atención de asuntos como el cobro de contribuciones locales, así como la solución de problemas que los gobernados lleven ante cada administración.
La veda no ha significado que tanto Chucho Nader como Adrián Oseguera o Armando Martínez dejen de hacer lo que han venido realizando. En Tampico y Madero, las actividades no se han detenido, aunque atendiendo las disposiciones legales, los Alcaldes han cumplido al pie de la letra lo que dice la ley en cuanto a la promoción de acciones oficiales.
También han cuidado aparecer en eventos públicos o hablar de temas que pueden ser interpretados como actos de promoción personalizada disfrazados de actividades permitidas. Es decir, no ofrecen ni conferencias de prensa, ni hacen transmisiones en redes sociales de sus eventos o recorridos y mucho menos, se ponen en el centro de atención, retando los límites legales.
Ambos, Chucho y Adrián tienen experiencia al frente de los gobiernos locales y saben que es mejor no jugarle al audaz, especialmente cuando estamos en la víspera de un proceso electoral que se anticipa polarizado y ríspido. Es decir, los Alcaldes de Tampico y Madero no pecan de ingenuos y con el conocimiento legal suficiente, evitan ser protagonistas, algo que deberían replicar otros homólogos en la zona y el estado. Pero bueno, no a todos se les puede pedir determinada capacidad de comprensión.
La veda no impide que los Alcaldes de Tampico y Madero trabajen, aunque inteligentemente evitan dar lugar a posibles quejas y eventualmente, sanciones por incumplimiento de la ley. Lo que hacen y siguen haciendo es lo mismo que antes de las restricciones, aunque sin promocionarlo. Saber esto y poder cumplir con la legislación sin desatender la relación con los ciudadanos es lo que marca la diferencia entre quienes saben y tienen voluntad de respetar las leyes, de quienes no. Así de simple.
EL EQUIPO DE “TRUCO”
A propósito del proceso electoral, en el equipo del precandidato panista César “Truco” Verástegui se han perfilado las principales líneas de acción de la campaña. Elementos como el contraste tendrán un lugar preponderante en la narrativa del abanderado de la coalición “Va por Tamaulipas”, entendiendo esto como el que los ciudadanos conozcan y aprecien las ventajas competitivas de Verástegui en temas como la seguridad, la recuperación de la paz y especialmente, la capacidad para sentarse a platicar con todos, llegar a acuerdos y cumplirlos. No es poca cosa y si mantienen esa ruta, seguramente van a encontrar una enorme veta de simpatizantes que pueden aprovechar bien para elevar sus índices de apoyo en la contienda.
Pero además de pulir los mensajes y la estrategia, la estructura es la que tendrá la mayor parte de la responsabilidad de sacar adelante el proyecto que busca refrendar la supremacía electoral panista en el estado. Ahí es en donde entran los personajes de diversas corrientes que se han integrado para trabajar en favor del proyecto.
En la zona centro, por ejemplo, buena parte de la responsabilidad recae en el ex Alcalde victorense Oscar Almaraz Smer y en el exdirigente estatal priista Luis Enrique “Pipo” Rodríguez, conocedores ambos del territorio y de las vicisitudes de hacer campañas en ambientes complicados. Son veteranos en estas lides y como dice el refrán, en política y en este caso, “más sabe el diablo por viejo, que por diablo”.
Es incuestionable que Tampico es el principal bastión panista estatal, pero en Madero y Altamira en donde su fortaleza electoral quedó abajo por relativamente pocos votos en los comicios del año pasado, “Truco” ha encargado a varios personajes la tarea de hacer el trabajo de territorio, mientras que el tejido fino lo comparte con otros integrantes del equipo. En Altamira y fungiendo de alguna manera como coordinador regional está el ex Alcalde Juvenal Hernández Llanos, mientras que en Tampico lo hace Pepe Schekaibán y en Madero se complementan los ex Presidentes Municipales Lupe González Galván y Jaime Turrubiates por la vía partidista PRI-PAN. Desde un sector de la sociedad civil, su homólogo Andrés Zorrilla hace lo propio, de acuerdo con las circunstancias del momento.
De los dos municipios gobernados por Morena en la zona, se da por descontado que Juvenal le tiene tomada la medida a quien hipotéticamente es el jefe político local, pero en Tampico el conocimiento que tiene Schekaibán del territorio y de las necesidades cotidianas de la gente, le dan la misma oportunidad de cumplir el compromiso con buenos resultados.
AMÉRICO, SIN DISTRACCIONES
En el lado opuesto, el precandidato de Morena a la gubernatura, Américo Villareal Anaya ha dejado claro que está enfocándose en el armado de su equipo ampliado, ese que tendrá la responsabilidad de darle sustento a la campaña con la que busca ganar la gubernatura.
El senador con licencia ha sido paciente en lo que se refiere a evitar confrontaciones directas e indirectas con quienes desde dentro del partido no han dejado de ponerle obstáculos, para torpedear la candidatura.
Villarreal prefiere enfocarse en los puntos importantes de la campaña, en los ajustes que tienen que realizarse y en afianzar sus vínculos con los altos niveles de la Cuatroté, para arrancar con fuerza el proyecto. Por eso, el vacío que se le hace a personajes como Alejandro Rojas Díaz Durán, que no aportan, pero sí desgastan al propio partido.
También se ha dejado de lado, como un tema no prioritario públicamente, el asunto de la inconformidad de Maki Ortíz, quien insiste en ganar en tribunales lo que Américo obtuvo en las encuestas. Ya habrá tiempo y reacciones para resolver ese pendiente.
ESCOTILLA
Lo que son las cosas: En 2018, el gobierno priísta de Peña Nieto entregó a la Cuatroté una Comisión Federal de Electricidad (CFE) con una utilidad de 110 mil millones de pesos. Tres años después, en 2021, la empresa reportó que ahora tiene pérdidas por más de 95 mil millones de pesos. Lo bueno que no son iguales.
Por Tomás Briones
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