Bien harían en la dirigencia nacional de Morena hacer un alto y observar cuidadosamente lo que está pasando en Tamaulipas, antes de que sea demasiado tarde: En menos de un semestre, el PAN le quitó la mayoría legislativa que había ganado en las urnas, les puso en aprietos en varios temas de reformas y decretos, además de exhibir la ignorancia del quehacer político de la inmensa mayoría de sus diputados.
No es todo: En los últimos tres días, Morena perdió también integrantes de su bancada y como colofón, le quitaron la presidencia de la Junta de Coordinación Política, lo que parece el golpe final en contra de Armando Zertuche Zuani, hasta ayer presidente de ese órgano y todavía coordinador de los legisladores morenistas.
En el partido del Presidente deberían estar muy preocupados por el rumbo que van tomando las cosas, pues si no actúan ya con firmeza y determinación, la ventaja que les dan numerosas encuestas se va a diluir conforme pasen las semanas y eso puede poner en riesgo sus posibilidades de triunfo en los comicios de junio.
Sin embargo, Morena enfrenta varios problemas serios que tendrá que resolver antes que lo del Congreso: Primero, consolidar una verdadera cohesión interna y contar con un liderazgo que unifique a todas las tribus que coexisten dentro del partido en el estado. Alguien que tenga la capacidad de conciliar intereses, de imponer disciplina y orden, alguien que cuente con voluntad para lograr acuerdos antes de llegar a la aplicación de medidas severas.
No existe tal cosa en este momento, porque el partido no tiene un presidente formal, porque el delegado especial Lucio Ernesto Palacios está atado a intereses de personajes vinculados a los hermanos Carmona y sus enlaces con candidatas y candidatos presuntamente financiados por ellos en las pasadas campañas. También, porque el representante de la dirigencia nacional no ha salido a dar la cara, a plantarse con firmeza y autoridad en los momentos críticos que han causado severos daños a la reputación partidista.
Después de la tragedia de perder la mayoría legislativa y el control del Congreso surgen muchas preguntas, pero las respuestas apuntan siempre al interior del partido cuando se trata de encontrar a los responsables. Entre ellas están el enfrentamiento que tuvo Zertuche Zuani con personajes realmente influyentes dentro de Morena en Tamaulipas, su falta de tacto para tratar a sus diputados, la mala relación con liderazgos regionales y también, la guerra que desde diversos frentes le hicieron de manera soterrada desde que tomó posesión de ese cargo.
En la dirigencia nacional tendrían que estar alarmados, porque en la batalla por la percepción, Morena va perdiendo en el imaginario colectivo. La sensación de que están dejando ir aceleradamente la ventaja que le dan las encuestas ponen en aprietos al proyecto de traer la Cuatroté a Tamaulipas.
No hay en este momento una figura con el peso y la autoridad suficientes para hacerse cargo del partido en el estado, para apoyar el proyecto por la gubernatura. Siguen apareciendo en el escenario político las y los vinculados con los hermanos Carmona y falta la presencia de alguien que imponga respeto. Si realmente quieren hacer algo oportunamente, no deberían tardarse. Tal parece que la mala hora de Morena en Tamaulipas llegó cuando desde antes de tener el control del Congreso, ya se estaban peleando la posición que justamente ayer les quitaron los panistas y sus aliados priístas.
SUMAN EXPERIENCIA A MC
En el equipo de Arturo Diez Gutiérrez Navarro están más que contentos con la suma de personajes que aportarán experiencia política, conocimiento territorial y especialmente, buenasq relaciones con sectores políticos de cierta relevancia en algunas regiones.
Aunque en las semanas de la precampaña hubo simpatizantes del PRI y del PAN que se unieron a Movimiento Ciudadano en el norte y centro del estado, quizá la incorporación más destacada hasta ahora es la de la ex diputada tampiqueña Rosa Muela Morales.
Integrante de una conocida familia porteña, experimentada en el servicio público, fue la primera candidata a la Alcaldía por Morena y antes, diputada del PRI, Muela tiene el perfil de alguien que no está hecho para confrontar ni poner obstáculos a las acciones que favorecen a la sociedad, sean de donde sean. Fue en su momento responsable del programa de becas “Benito Juárez” en el estado, pero diferencias de visión con su superior la orillaron a salir del servicio público y a mantenerse al margen, al no coincidir con ciertas prácticas que se venían realizando.
Hoy, Muela Morales confirmó lo que era un trascendido desde hace unos días, cuando se dio a conocer que tuvo acercamientos con Movimiento Ciudadano a través de la ex gobernadora priísta de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco. En una carta pública, Rosa Muela señala que el proyecto en el que creyó y por el cual trabajó -el de Morena-, “hoy se ve alejado de sus raíces y su esencia, ante la falta de sintonía con los proyectos que representan el cambio que México necesita”, de ahí que decidiera separarse del partido y adherirse a MC.
Antes de agradecer a quienes la han apoyado durante años en sus acciones, Muela reconoce que MC es un partido con el cual se identifica y en el que cree que pueden generarse mejores condiciones de vida y de bienestar para los ciudadanos. La integración de la ex diputada local y quien fuera primera candidata de Morena a la Alcaldía de Tampico seguramente le va a aportar experiencia y buenas relaciones a Diez Gutiérrez en su aventura por la gubernatura.
ESCOTILLA
El Congreso local tiene nuevo Presidente de la Junta de Coordinación Política en el panista Félix “Moyo” García, quien ha demostrado más capacidad política y habilidad para lograr consensos, que su antecesor.
Centrado, sensato y abierto, “Moyo” será seguramente el líder del Congreso que no se tuvo en los anteriores seis meses. Hoy muchos agradecen que primero haya sido designado coordinador de los panistas y ahora presida la Jucopo, porque como bien dijeron: Si se hubiera mantenido ahí al famoso Luis René “Cachorro” Cantú, habría echado a perder la jugada como suele hacerlo con las encomiendas que le han dado.
Por Tomás Briones
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