La terrible derrota política que sufrió ayer Morena con la pérdida de la Junta de Coordinación Política del Congreso no hubiera sido posible sin la complicidad de unos cuantos diputados de su partido.
Tres de ellos se abstuvieron a la hora de votar la iniciativa que permitiría al Pleno elegir de manera directa al nuevo presidente de la Jucopo, lo que a la postre derivó en que ésta recayera en manos de Acción Nacional.
Los diputados que obsequiaron su voto para que Morena perdiera la discusión fueron -otra vez- todos del sur de Tamaulipas: Jesús Suárez Mata, Nayeli Lara y Leticia Vargas.
Si su intención era apenas cobrarle una afrenta a Zertuche, no solo consiguieron eso, con su abstención también entregaron al PAN el control de uno de los tres poderes del estado.
Quedará la duda de quién de ellos también votó para que fuera “Moyo” García el elegido por encima de su compañero, Humberto Prieto.
Porque de otra forma los números no cuadran.
El panista obtuvo 19 votos a favor. Podríamos dar por descontado que ahí están incluidos los 15 de su bancada y los dos del PRI. ¿De quién fueron los otros dos?.
Con el sismo político que azotó ayer al Congreso quedó comprobada por enésima ocasión la principal debilidad de Morena. La ausencia de mandos formales que pongan límites, que impongan disciplina partidista, llevó a su bancada a la implosión.
De los 20 legisladores con los que iniciaron la Legislatura, ya solo quedan 16.
Sea por los evidentes errores que cometió Zertuche, por la influencia de intereses externos, o por simple falta de compromiso ideológico, lo cierto es que cuatro diputadas decidieron abandonar el barco.
De lo ocurrido ayer y la conducta de algunos de sus legisladores se tomó nota en la Ciudad de México, y al interior de la dirigencia nacional de Morena, aseguran, cayó como un balde de agua fría la noticia de que sin darse cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, perdieron un Congreso que les había costado mucho obtener, lo que en el actual contexto nacional cobra mucha relevancia.
Por eso, aseguran, (ahora sí) tomarán medidas para identificar y sancionar a quienes han sucumbido ante las presiones políticas y económicas.
En todo caso habrá que medir la contundencia de la respuesta desde las alturas de la 4T. Para poner a sus grupos y liderazgos a jalar en la misma dirección, en este momento, con el inicio de las campañas a la vuelta de la esquina, se necesita más que un bombazo, un tiro de precisión.
La mala noticia para Mario Delgado es que como sea, el daño para su partido ya está hecho.
Para el PAN, quién puede dudarlo, lo de ayer fue una victoria que en estos momentos sabe a oxígeno puro.
Pase lo que pase el 5 de junio, además del Congreso están asegurando -más allá del 2022- el control de organismos fundamentales para la gobernabilidad como la Auditoría Superior del Estado, la Fiscalía General de Justicia y en buena medida hasta del Poder Judicial.
Por Miguel Domínguez Flores