CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Vaya alboroto el que ocurrió ayer al mediodía en la zona centro de esta capital, pues derivado de un pequeño percance, se originó un intenso congestionamiento vial, que a su vez provocó que dos personas se liaran a golpes, finalizado en una persecución con la policía.
Todo inició cuando una camioneta tipo Van de la marca Chevrolet, se incorporó a los carriles del bulevar Praxedis Balboa.
Salió por la calle 6 en sentido de norte a sur, y por no hacer el debido alto chocó contra un Ford Mustang, al que le había cerrado el paso.
Al darse esta colisión, ambas unidades quedaron atravesadas en los carriles, lo que provocó que se formara un embotellamiento en cuestión de minutos.
Al percatarse que los oficiales no se daban abasto dando vialidad, un vendedor de aguas frescas decidió sumarse al trabajo de abanderar.
Es en este punto de los hechos cuando surge la pregunta: ¿Hizo bien o mal?
Y es que el vendedor ambulante tal parece que es de «mecha corta», pues a los pocos minutos comenzó a discutir con el chofer de un coche Honda, que no le estaba haciendo caso a sus indicaciones.
Al verlo como un ciudadano mas, este conductor optó por ignorarlo, pero esto desató la ira del comerciante, quien le dio un manotazo al cofre y reto a que descendiera de la unidad.
Esta persona no lo pensó dos veces y bajó de su carro para liarse a golpes con este comerciante acomedido.
Afortunadamente, en ese momento una patrulla de la estatal pasó por el sitio, y diluyó la riña de manera inmediata, para dar paso a las acusaciones sobre quien había iniciado el altercado.
Mientras que el conductor lo único que pretendía era irse ya del lugar, el vendedor de aguas exigía a los uniformados que lo detuvieran, ya que le había roto su camisa y pedía se la pagaran.
Molesto porque también fue ignorado por los agentes, el individuo tomó las llaves del carro y se echó a correr siendo perseguido a lo largo de varias cuadras.
Finalmente luego un tramo recorrido, el rijoso llegó a su domicilio, de donde ya no salió mas, pero si lanzó a la calle las llaves para que su dueño las recuperara y pudiera irse después del tremendo show que protagonizaron.
Por Alejandro Dávila
Expreso – La Razón




