TAMPICO, TAM.- El consumo privado es el principal componente del Producto Interno Bruto (PIB) de México, al aportarle alrededor del 67 por ciento, y el inicio del año dio una perspectiva del crecimiento que podría lograr al cierre del año, el cual sigue decreciendo.
Uno de los factores que frenan el consumo en el país es el encarecimiento de productos y servicios, impulsados por la alta inflación que provoca una cascada de incrementos, sin embargo los empresarios estarían ya imposibilitados para seguir manteniendo los precios tras dos años de pandemia.
El presidente del CIEST, Íñigo Fernández Bárcena, dijo que los empresarios y comerciantes tienen tres opciones para enfrentar la crisis y la inflación, el primero sería aumentar los precios, el segundo bajar sus márgenes de ganancia y el tercero innovar en el mercado, sin embargo, dadas las circunstancias económicas a nivel nacional e internacional, se han quedado con la única opción de elevar los precios al consumidor para poder mantenerse operando.
“En el caso de los precios se puede resumir en 3 puntos importantes, el primero es reflejar el incremento en el precio de los productos y servicio, o otro es no incrementar la inflación pero sacrificar margen de utilidad, pero venimos de un periodo de pandemia en donde no ha habido el suficiente movimiento o dinamismo económico y venimos de 2 años en donde las empresas hemos hecho muchos sacrificios (…) las empresas se sienten asfixiadas”, apuntó.
El nuevo dirigente del Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas dijo que la tercera opción en muchos casos no es aplicable a empresas por su vocación, sin embargo muchos están diversificando sus giros comerciales para enfrentar la crisis económica.
“La tercera opción que tendría una empresa es la de innovar o ser más eficientes, es la única manera en lo cual pudieras de alguna manera no reflejar tanto el incremento, seguir manejando un margen de utilidad que es lo más importante porque es para una futura inversión en tu negocio, ser más eficientes en el sentido en que se pueda, porque hay veces que dependiendo de los giros no nos permiten se más eficientes oye llegaron al punto máximo de la eficiencia”, refirió.
Datos de la Secretaría de Hacienda reflejaron una caída del 9.2% de la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en enero y respecto al mismo mes del 2021, la mayor contracción a tasa anual en 18 meses y dando una muestra más del debilitamiento del consumo en el país.
En enero se recaudaron por IVA 112 mil 237 millones de pesos, 11 mil 425 millones de pesos constantes menos que un año antes.
El IVA es aplicable a productos y servicios fuera de la canasta básica, por lo que ante una crisis este rubro de consumo se reduce evidenciando una menor capacidad de compra, esta situación es resultado del alto porcentaje de inflación, que en el último mes rebasó el 7% y en la primera quincena de marzo llegó al 7.29%, según datos del INEGI.
“La inflación que se registró en 2021 es una inflación que no hemos visto en las últimas dos décadas, fue arriba del 7%, muy por fuera del objetivo del Banco de México, cuyo propósito es controlar la estabilidad de los precio, es decir que no haya inflaciones abruptas como sucedió, no obstante la situación a nivel mundial orilló a que hubiera presiones inflacionarias y por eso obtuvimos un 7.5%”, aseguró.
Esta situación de inestabilidad económica en el país y a nivel internacional ha obligado a que “las empresas locales y mexicanas, tengamos que ver reflejado ese incremento de la inflación en los productos y servicios que uno oferta o vende”, reveló Fernández Bárcena.
“El inicio de año fue bastante complicado por ese factor, pero desde esa inflación ha continuado una escalada de precios, y esto ha sido por el conflicto bélico, que a pesar de que es kilómetros de distancia, afecta en mayor medida los precios de materias primas conocidos como comodities, entre ellos el petróleo”, apuntó.
Por Omar Reyes