Los equipos de los dos principales candidatos a la gubernatura de Tamaulipas dejaron claro que cuentan con una importante capacidad de movilización.
El saldo del domingo para Américo Villarreal y César Verástegui puede considerarse positivo si se toma en cuenta que de eso se trataba el primer punto en la agenda electoral.
Vendrá ahora el arranque de las campañas, seguramente en el primer minuto del 3 de abril, donde también habrá oportunidad para que presuman músculo y organización.
Ahora bien, los estrategas y operadores de las dos alianzas deben tener bien claro -porque son gente con mucha experiencia en las batallas electorales- que la posibilidad de aglutinar a miles de personas en eventos masivos es sólo uno más de los elementos que componen una campaña exitosa.
Las fotografías de las multitudes en apoyo de uno u otro candidato son necesarias, pero de ninguna manera podrían considerarse definitivas para los resultados.
Más importante que la competencia de las percepciones, en la que también se inscribe la guerra de encuestas patito, será la capacidad que tengan los candidatos para estructurar un mensaje que conecte con la masa, sobre todo si se toma en cuenta a la gran cantidad de indecisos que siguen arrojando los estudios de opinión serios que se han publicado.
Los grandes temas están a la vista de todos.
La seguridad en primer lugar. Para los municipios que sufren rachas de violencia constantes, la prioridad debe ser reducirlas.
Para los que disfrutan de un mejor clima que el que padecían hace seis años, la obsesión es conservarlo.
Después se impone con urgencia el tema del agua.
De unos cuantos años a la fecha, en las redacciones periodísticas nos hemos acostumbrado a consignar el desabasto que padecen prácticamente todas las ciudades importantes del estado.
Como ha quedado claro en Victoria, al final de cuentas, la solución requiere recursos, y bien harían los candidatos en explicarle a la población cómo van a hacer para que un día ya no sean necesarios los tandeos.
Son sólo dos de los problemas que sufren muchos habitantes del estado, y que además -ya se ha demostrado en los últimos procesos- suelen influir en la decisión de los votantes.
Es decir, el “Truko” y Américo deben saber que los slogans, el photoshop y el uso y abuso de las redes sociales, pueden formar parte importante de su estrategia, pero el electorado tamaulipeco ya ha dado suficientes muestras de madurez: su voto en la soledad de la urna no va a depender de eso.
¿Y Movimiento Ciudadano?
No deja de sorprender que el partido Movimiento Ciudadano, que tiene aspiraciones importantes para el 2024 haya dejado pasar la oportunidad de dar la pelea en un estado como Tamaulipas.
Con las gubernaturas de Jalisco y Nuevo León en la mano, y la experiencia de campañas competitivas en las elecciones del año pasado en varios estados, resulta incomprensible su selección de candidato para Tamaulipas.
Con Arturo Diez Gutiérrez en las boletas, la franquicia naranja no pasará de un rol meramente testimonial.
Por Miguel Domínguez Flores