Después del anuncio por parte del Banco Central respecto al aumento de 0.50 puntos porcentuales en la tasa de interés se ha logrado tener un impacto favorable en los principales indicadores financieros. En lo que respecta al tipo de cambio peso-dólar este ha mejorado en los últimos días, ha pasado de los 21.40 pesos que se cotizaba el día 7 de marzo a 19.85 pesos que se cotizaba el último día del mes de marzo del presente año, es una mejora que representa una apreciación del peso frente al dólar de 7.3 por ciento.
Esta mejora de la moneda obedece a la confianza que existe por parte de los inversionistas en las decisiones que se toman de política monetaria. Los resultados de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) de los últimos días fortalecen esta hipótesis. Esta semana se han observado niveles históricos en la BMV, lo que significa un respiro para las empresas que cotizan en la Bolsa.
Pero estas no son las únicas buenas noticias que observamos en los mercados, también el precio del petróleo ha comenzado a disminuir, después de que el 8 de marzo llegó a cotizarse en 126 dólares el barril de petróleo del Western Texas Index (WTI), que es el que se utiliza en México de referencia, esta semana ha llegado a cotizarse en alrededor de 100 dólares, esto significa que durante este periodo ha disminuido su precio en 20 por ciento.
Este escenario es muy bueno para el contexto de crecimiento de los precios que habíamos visto en los últimos meses, si bien no son los indicadores óptimos que se esperan, sí representan un respiro para el Banco de México. El tema de la reducción del precio del petróleo contribuirá de manera significativa en el control de los precios de los energéticos principalmente el de la gasolina, evitando que siga aumentando y también contribuye en las finanzas públicas al reducir el subsidio.
La apreciación del peso también contribuirá en reducir las presiones inflacionarias en el país, debido a que el costo de los bienes importados será menor, de tal manera que el costo de la gasolina en el país tendrá dos factores importantes que influirán en su reducción, por un lado, la disminución del precio del barril y por otro la apreciación del peso.
Sin embargo, con la apreciación del peso frente al dólar también se ejercen presiones por el lado de las exportaciones. Con un peso más fuerte, el precio de los bienes que se producen en México y se venden en el extranjero resultan más caros, lo que significa que nuestro mercado de bienes se vuelve menos competitivo en términos de precio en los mercados internacionales. Este puede traer como efecto menor crecimiento económico y también un mayor desempleo en el país. Es ante un contexto como el actual donde impulsar la productividad laboral podría actuar como un factor compensatorio de la pérdida de competitividad por precio.
Ante este escenario ha quedado de manifiesto la eficiencia de la política monetaria en México, ahora corresponde a la política fiscal actuar y mostrar instrumentos que activen la producción y el empleo, es un buen momento para hacerlo, existen mecanismos de apalancamientos interesantes para las empresas que podrían potencializarse con una política fiscal expansiva. Usted ¿qué piensa?
Por Jorge Alberto Pérez Cruz




