TAMAULIPAS.- Poco ha cambiado en el Congreso de Tamaulipas más allá de la “limpia” de los funcionarios que llegaron con Armando Zertuche, y el retoque estético que incluyó retirar de inmediato las famosas lonas de “la casa del pueblo”, y erradicar el color guinda de cualquier imagen oficial.
Frente a la penosa conducción de la Junta de Coordinación Política que hizo el psicólogo reynosense, el panismo ha impuesto condiciones muy similares, si acaso con diferentes beneficiarios.
Es decir, al final de cuentas, sin importar quién controle la Jucopo, el resultado en el Poder Legislativo ha sido el mismo: el diálogo parlamentario -se supone que para eso están sin importar cuantas diferencias políticas haya entre unos y otros- sigue cancelado.
Por eso, las sesiones en el Pleno se han vuelto predecibles.
Seguiremos viendo los pleitos de cada semana, unos días más subidos de tono, dependiendo de qué humor traigan los protagonistas.
(Eso sí, hay que reconocer que esta legislatura es una fuente inagotable de anécdotas y escaramuzas que hacen más entretenido el trabajo de quienes se ven obligados a observar cada sesión de principio a fin.)
Los implacables vetos del Ejecutivo continuarán sobre cualquier iniciativa que logre aprobar la bancada de Morena.
Se mantendrá la colaboración de dos o tres diputados que se aferran a ese partido, aunque voten a destajo las iniciativas más importantes para el PAN.
Los grandes temas seguirán empantanados: ni los panistas con sus aliados, ni la mermada bancada morenista, tienen mayoría calificada para reformar la constitución del estado.
Por cierto, han pasado 44 días desde que todas los partidos decidieron mandar a comisiones la iniciativa que permitiría el matrimonio igualitario en Tamaulipas, como han exigido tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación como la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Ese día, con la presión encima de las asociaciones de la comunidad LGBTT, todos los diputados se comprometieron a aprobarla, pero antes, dijeron, querían revisarla a detalle para que se tratara de una legislación sólida que no dejara a nadie desprotegido.
Al mismo tiempo dieron su palabra de que el tema sería prioridad, pero a la fecha, ni la Comisión de Derechos Humanos, ni la de Igualdad de Género, la han incluido en sus agendas.
En ambas comisiones participa la autora de la iniciativa, la diputada morenista Nancy Ruiz Martínez, a quien hace tiempo no le escuchamos aquellos argumentos encendidos con los que planteó la propuesta.
Como ese tema, muchos otros quedarán congelados.
No hay en el Congreso de Tamaulipas, ni la voluntad, ni la capacidad política para lograr acuerdos que desatoren iniciativas fundamentales para la vida pública del estado.
Por donde se vea es una mala noticia, sobre todo porque gane quien gane el 5 de junio, éste será el Poder Legislativo con el que tendrá que gobernar por lo menos hasta el 2024.