TAMAULIPAS.- El 10 de abril el país acudirá a un ejercicio sin precedentes en nuestra historia democrática.
Provechosa o inútil, la consulta para la revocación de mandato no ha dejado a nadie indiferente, y el domingo por la noche, sus defensores y sus detractores estarán pendientes de los resultados, para celebrar o para señalar su fracaso.
En Tamaulipas se instalarán 1,653 casillas, lo que significa apenas una tercera parte de las que se habilitarán para la elección de gobernador del 5 de junio.
Las causas y la polémica ya todos la conocemos: el INE no recibió el presupuesto especial que requería para organizar esta jornada.
Las consecuencias también serán obvias, los ciudadanos que deseen participar deberán trasladarse una distancia mayor para llegar a la mesa de recepción que les corresponde.
El resultado se ve venir desde lejos. La participación difícilmente se acercará a los porcentajes que quisieran sus promotores, empezando por el presidente.
Sus más duros críticos lo verán como una señal de la pérdida de popularidad de López Obrador, y la 4T arreciará sus cuestionamientos a la autoridad electoral.
Pero, en medio de tanta polémica, los matices de lo que ocurra el domingo serán muy importantes.
Para Tamaulipas además, este ejercicio llega en un momento muy particular, una semana después de iniciada la campaña electoral.
Por eso el compromiso de los involucrados es mayor. La presencia de la población en las casillas servirá al mismo tiempo como evaluación para los liderazgos regionales de Morena.
En Matamoros, Mario López tiene una buena oportunidad para refrendar que no fue una casualidad el resultado que obtuvo el año pasado para su reelección, y que sigue comprometido con el proyecto político de la 4T.
Lo mismo para Adrián Oseguera, quien tiene la posibilidad de comprobar su lealtad al obradorismo, poniendo a su disposición las estructuras de Madero, sobre las que ejerce innegable control político.
Ni hablar de Carmen Lilia Canturosas en Nuevo Laredo, donde se ha concentrado buena parte del apoyo político y financiero para la campaña de Américo Villarreal.
Las estadísticas también arrojarán luz sobre el ambiente político en Reynosa. ¿Confirmarán Carlos Peña Ortiz y Maki eso de que, a pesar de sus diferencias con el proceso de selección de la candidatura de Morena, se mantienen firmes en el proyecto de la 4T?
Los números serán fríos el domingo por la noche. Y al menos para Tamaulipas, no serán tan importantes las cifras totales, como la división territorial de los resultados: quién será el alcalde que aporte más “que siga” a la causa, esa es la pregunta.
