Ni duda cabe que el año pasado cambiaron las dinámicas del poder en el noreste de la República.
La llegada de Samuel García a la gubernatura de Nuevo León modificó el tablero político y terminó por dinamitar la alianza federalista que nació en esta esquina del país, con la iniciativa de Francisco García Cabeza de Vaca, Miguel Riquelme, y “El Bronco”, gobernadores de Tamaulipas, Coahuila y Nuevo Léon.
Fueron los días previos a que se desatara el infierno de la pandemia, y el principal tema sobre la mesa era la exigencia de más recursos fiscales para las entidades del Noreste.
Ese reclamo por cierto, se mantiene, en otro tono y ante otras instancias.
Es evidente que a pesar de que su origen familiar está en la Frontera Chica, Samuel García no tiene buena química con Tamaulipas.
Por eso, no sorprendió que el martes por la noche, sólo Cabeza de Vaca y Miguel Riquelme enviaran una carta conjunta a Greg Abbott, para pedirle que agilice el acceso de miles de tráileres que cruzan mercancías de México a Texas.
Casi al mismo tiempo, la gobernadora de Chihuahua, la panista Maru Campos, también llamaba a formar un frente para abordar esta crisis binacional.
El silencio de Samuel se explicó este miércoles por la mañana cuando apareció en una reunión con el gobernador texano, Greg Abbott, el responsable de frenar miles de trámites aduanales en la frontera de Tamaulipas, Coahuila y Chihuahua.
El vecino gobernador emecista firmó un acuerdo de colaboración y consiguió que se eliminaran las tortuosas inspecciones en el único puente internacional que tiene Nuevo León, el de Colombia.
Bien por él. Nadie podría censurar a Samuel por buscar lo mejor para su estado, pero este “sálvese quien pueda” que signó ayer, se suma a una lista de actitudes que han denotado poca cortesía con Tamaulipas, y escaso tacto político para el trato con sus mandatarios vecinos (los mexicanos, claro).
De hecho, el impulso que recibirá la aduana al liberarla del nuevo régimen de revisiones, es parte de un objetivo largamente anhelado por el gobernador influencer: que esos 371 metros que mide el puente internacional Solidaridad-Colombia, arrebaten a Nuevo Laredo mucha de la carga que ahora cruza por territorio tamaulipeco.
Para ello, promueve la construcción de una carretera que vaya de Monterrey hasta ese punto, sin pasar por Tamaulipas.
Modificar las históricas dinámicas del comercio internacional no es tan sencillo, pero al parecer en el mágico mundo de Samuel García todo es posible.
Por ejemplo, presionar para revivir el nefasto proyecto de llevar agua del Río Pánuco a Nuevo León, lo que causaría serias afectaciones a comunidades de Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí.
Vistos los desfiguros del vecino, no estaría de más que los de Movimiento Ciudadano en Tamaulipas y su candidato, fijaran una posición al respecto.
Por Miguel Domínguez Flores
