El lopezobradorismo está a las puertas de una crisis que puede dislocar la vida nacional. Cerca del arrebato destructor: una revocación que le quedó corta, creciente corrupción justificada ideológicamente, una alianza de privilegios con las fuerzas armadas nunca vista, que puede derivar en una clase política capaz de resistirse a los procesos democráticos.
El llamado a irrespetar la Constitución para imponer su visión de las cosas públicas, pronostica que el gobierno será cercado por las democracias con las que México está asociado comercial y convencionalmente.
Es claro. Si Morena no contiene al Presidente terminará pulverizándolo. La polarización, que le beneficia, no deja ver con claridad que es un Presidente sujeto a las leyes, no decide a su voluntad el destino de los habitantes. Implantar un modelo estilo Evo Morales o Hugo Chávez es geopolíticamente imposible por nuestros asociados.
Ha dicho que es hora de definiciones. Sí, los mexicanos debemos defender la institucionalidad y el Estado de derecho. O volvernos cínicos.
Es falso el discurso —digamos fariseo— de que se le impide gobernar. No, sí puede hacerlo, tiene la libertad de desarrollar su visión de país, pero dentro de la legalidad y respetando la Constitución.
El problema es que no negocia, no concede, que son valores democráticos. Su intolerancia permea entre el viejo priismo que él representa. Hoy se vale transar, dejar asesinar sin actuar, acompañar a quien abandona sus tierras. “No puede servir a Dios y a Mammón”.
En conclusión, que gobierne y desarrolle sus programas, pero dentro de un Estado de derecho que refleja el esfuerzo de miles de mexicanos y mexicanas.
Lo he mencionado. Han sido las madres y los padres de miles de mexicanos que han puesto la vida de sus hijas e hijos. Nosotros ponemos los muertos. Del otro lado se puso la mentira y hoy gobierna de la mano de las Fuerzas Armadas, cuando prometió regresarlas al cuartel. Antes, dice, el ejército se usaba para reprimir. ¿Y ahora? Eso dígaselo al mundo.
El informe del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU es demoledor para Morena. Y aunque diga que no, sí está contra la pared, donde se colocó por violar la legalidad, desafiar a la democracia y su tolerancia al narcotráfico.
Nuestras muertas y muertos, los desaparecidos, que por omisión son del gobierno de Morena, deben ser encontrados, hacérseles justicia, y los responsables por inacción llevados a tribunales.
La ambición del poder autoritario ha dejado una estela de dolor y desolación que, dicho con todo respeto, llevarán su apellido hasta el fin de los tiempos.
Los comités de búsqueda de desaparecidos deben ser financiados por todos nosotros y por los organismos internacionales. Y, dicho con respeto, las Fuerzas Armadas deben honrar su compromiso ante los mexicanos, porque esos son sus padres y sus madres, porque ustedes son pueblo uniformado, y ello lo sabe muy bien la tropa.
¿El desafío envalentonado cuando Morena viola una ley qué significa? ¿Doblamos a las y los mexicanos? ¿Ya les quitamos México, ahora es nuestro?
El informe de la ONU debe sacudirnos. Dice que aun cuando la mayoría de los desaparecidos son hombres de entre 15 y 40 años, hay un aumento de las desapariciones de niños, niñas y adolescentes.
Hay casi 100 mil desaparecidos, 52 mil muertos sin identificar en fosas comunes y tomará 120 años identificar a los cadáveres hallados, “sin contar los nuevos cuerpos que se suman cada día”. El ejército debe regresar a los cuarteles, la Guardia Nacional debe ser civil.
EU confirmó que altos funcionarios del gobierno de López Obrador se han involucrado en actos de corrupción directa con el crimen organizado. (Estrategia del Control de Drogas 2022).
Por Jorge Camargo