TAMAULIPAS.- En alguna parte oculto está mi destino. Con él, el destino de todos los que viajan conmigo. Es un corto viaje pero incomparable. Cada uno es distinto a otro, cada cual con su cada cual, se parecen mucho pero no es lo mismo ni es igual.
Y sin embargo el destino ofrece sorpresas. Todo el tiempo está enseñando y sospecho que no dejamos de ser niños. Aprendemos de todo por encima y por abajo de la mesa. Vivimos todas las alternativas que nos regala la vida.
Nadie nos detiene, el reloj y la vida no dejan de suceder hasta los huesos. Se aprende hasta el último minuto de uno mismo si usted quiere. Sino no más duerma un rato. Despierta y lo ignora todo. Busca el celular con desesperación y teme no encontrarlo. Debe ser una broma señor, usted que escribe sabe que aquí lo dejé, no sea usted ridículo.
Algunos datos aparecen en la pantalla con la hora y la última noticia del día. Adentro del aparato hay personas esperando. Sabes. Ya vieron que te conectaste hermano. Tecleas y al otro extremo del aparato y del apartamento sujetas otra mano virtuosa para un concierto de piano. En seguida borras todos los mensajes.
Comenzamos a buscar lo que nunca existirá. Lo que nunca verán nuestros ojos. Soñamos esta vida y la otra que soñamos. Si tocas con la mano desaparece la mano y lo que tocaste. Nada es para siempre. Y sin embargo eso que llaman destino comienza en esta ciudad.
Desde luego se programan a conciencia los días, si usted quiere en una apretada agenda que se cumplirá . Su vida es otra y ahora va por los pasillos oscuros que lo conducen a otro día. Cada pisada es casa de hormiga, río subterráneo, milímetro cuadrado.
Cada soplido es tiempo aire. Paloma invisible de otra inexistencia. Paloma nacida de la imagen, paloma y ventanas de colores vendiendo horizontes. Buscas luz y un lugar feliz y ahí estás en la hilera. Afuera llueve, usted sabe, y a veces hace calor. Hay quien pasa en bicicleta a esta hora.
Varias veces al día he tomado una elección definitiva. He vuelto. Otros dice que estoy allá, que no he vuelto y converso con ellos de cosas triviales. Afuera se hace tarde. Tengo que volver de un momento al principio si es que aún existe.
Quien existe tiene prohibido fumar y fuma. Por eso es un mal ejemplo. Le han visto como sombra de noche. Existe una sola vez y para siempre, después se disipa. Fue un destino, una vida, un olvido negro.
En alguna parte oculto está mi destino. Ojalá nunca lo halle, por eso no lo busco. Buscaba otras cosas hasta que entendí la diversidad que hay en una misma hilera, en un kilo de tortillas hay sus analogías.
Ahora que bien, no siempre se busca. Se vale nadar de a muertito. Dejar que escurra el agua, pasar dos veces por el mismo sitio, se vale quedarse y se vale todo, en todo dirán que buscaste algo. Pero has encontrado. Te has encontrado y no hayas qué hacer.
Ahora me he visto al espejo y me doy cuenta lo qué soy después de muchos años, unos 20. ¿Soy mi destino y qué tal, qué lado del espejo es este, en cuál de los dos lados escribo? Desde ambas perspectivas alguien que ya no soy me mira con desconfianza. Tengo que comprar un chocolate y comerlo. Mascar chicle para despistar al enemigo, ahora que no fumo.
Hay formas de buscar que es encontrar. Encontrar es una forma de ir leyendo un libro. En alguna parte está el destino oculto en una palabra ya dicha muchas veces. En todas partes está el destino, en la mano cuando digo esto, cuando camino.
Hola soy Rigo: Aquí es Nueva York, Los Angeles y Singapur. Aquí es un pueblo remiso, y anticipado entre Comala y Macondo , tengo todos los sueños que otros no tuvieron y los que tuvieron, tengo oculto el destino en el puño de una mano que abre y cierra los ojos del mundo.
HASTA PRONTO.