TAMAULIPAS.- Tras recorrer los principales centros urbanos de Tamaulipas, los candidatos a la gubernatura empezaron a visitar esta semana los municipios pequeños en busca del voto rural.
Es un porcentaje importante de la lista nominal que no debería desdeñarse, y que a éstas alturas aún es difícil de medir en las encuestas por la dificultad de aplicarlas en territorio.
Son cerca de 600 mil votos de los municipios rurales que bien podrían inclinar la balanza; algo así como el 22% de los 2.7 millones de tamaulipecos que podrán salir a votar el 5 de junio.
Hay cinco distritos electorales donde se concentra buena parte de los municipios pequeños en términos de presupuesto y de población, y que tienen un marcado carácter rural.
En el Distrito 13 por ejemplo, hay 114 mil posibles votantes divididos en los municipios de Abasolo, Burgos, Cruillas, Güémez, Hidalgo, Jiménez, Mainero, Villagrán, Méndez, Padilla y San Fernando.
Este es el sector de mayor influencia de la columna Pedro J. Méndez, que ya han adelantado su apoyo para la candidatura de Américo Villarreal Anaya.
Aunque con marcadas diferencias, el Distrito 16 también tiene características similares. Ahí habrá 123 mil votos en disputa.
Los municipios que lo integran son Xicoténcatl, Antiguo Morelos, Bustamante, Casas, Gómez Farías, Jaumave, Llera, Miquihuana, Nuevo Morelos, Ocampo, Palmillas, Soto La Marina y Tula.
Es una región que históricamente ha estado bajo el control político del “Truko” Verástegui.
Cerca está el Distrito 17 que agrupa a González y El Mante con 117 mil votos, y más al sur el 18 en el que se encuentra Aldama y la zona rural de Altamira con un total de 125 mil posibles votos.
En el otro extremo del estado, la Frontera Chica en el Distrito 3, otorga hasta 53 mil votos de los municipios de Camargo, Guerrero, Díaz Ordaz, Mier y Miguel Alemán.
¿Hacia dónde se inclinará la votación de estos municipios? Algunos de ellos colindan con grandes ciudades, pero conservan su identidad, padecen sus propios problemas, y tienen sus anhelos muy particulares.
La respuesta es muy difícil, pero es evidente que los equipos de ambas alianzas están muy conscientes de la importancia de hacerse fuertes en esas regiones.
Además de la presencia de los candidatos en una primera ronda de visitas, desplegaron cada uno su estrategia: “Truko” apostando a la identificación personal con la gente del campo, y Américo respaldado en la marca Morena y su innegable penetración entre las clases populares.
Sobra decir que la parte más jugosa del pastel para la elección está en las ciudades más habitadas del estado, con Reynosa y Matamoros como las rebanadas más preciadas. Pero nadie debería desentenderse de la batalla que se librará en los ejidos y las rancherías tamaulipecas.