TAMAULIPAS.- LO CLARO. Las Ferias del Libro en el país, son marcos referentes para el encuentro literario nacional y mundial. Las letras no tienen fronteras.
En Tamaulipas a través de la máxima Casa de estudios, la Universidad Autónoma de Tamaulipas, se lleva a cabo esta gran promoción cultural.
La visión bajo la cual versarán talleres, ponencias de investigadores, escritores de renombre, estudiantes y público en general será el medio ambiente.
Gran oportunidad para comunicar y ampliar los conocimientos en la sociedad respecto al factor primario del crecimiento de la sociedad. Con sustentabilidad y cuidado del entorno que nos permite el desarrollo.
Esta Feria del Libro 2022, permitirá inclusive la integración de regiones, donde la huasteca Tamaulipeca y las entidades vecinas harán gala de ser anfitriones en el gran festejo de letras que podremos disfrutar.
LO CLAROSCURO. Nunca aplauda la labor de un político. Esta sentencia no es nueva ni del pecho de algún avezado escritor.
Darle las gracias por hacer obras o el ejercicio de las políticas públicas en favor de sus gobernados, es similar a ovacionar a su vehículo por andar, al cajero electrónico por darle dinero de la cuenta de usted y cualquier otra similitud.
Hacen su labor y en su caso reciben un pago. Punto.
Sin embargo la cultura de admiración y encumbramiento de los políticos y gobernantes en general, es parte de la tradición popular donde el aludido ‘salpica’ mediante el beneficio de los presupuestos públicos convertidos en becas, obras, sueldos u otros empréstitos con las cuales se hace merecedor del aplauso del colectivo beneficiado.
Sin ese juicio en la vista, la sociedad en general tenemos en un concepto por igual –no tan benévolo- al sector económico al que pertenece la clase burócrata.
Un porcentaje no tan grande dentro de los aportadores de la economía del país. Pues entre los poderes estatales municipales y federal, no sobrepasan al 10% de la población económicamente activa PEA.
La verdadera razón de nuestra charla es en otro sentido.
Cada periodo sexenal –con un mandatario al timón- busca imponer un sello especial de trascendencia; donde el cuarto año de mandato es su plenilunio, el quinto es de más tranquilidad y el sexto es su periodo ‘fantasmal’ donde sólo hacían lo necesario para impulsar a su sucesor y nadar “de muertito”.
El gobernante en turno tras ganada la batalla electoral por llegar al poder, hace a un lado los temas electorales en razón de que él… ya ganó. Ya no los ocupa.
Y su siguiente meta es mandar y regir con los de su corriente política y dejar en la medida de lo posible, un máximo control de gobernadores electos y funcionarios ‘heredados’ tras su salida.
En tiempos del recordado Enrique Peña Nieto, apenas al transcurrir su segundo año de ejercicio éste ya se daba prácticamente por concluido.
Peña Nieto hizo lo que muchos antes soñaron y no lograban. Concilió acciones mediante su visión de gobierno que tenía como objetivo primario impulsar 18 reformas constitucionales en 95 puntos de acuerdo.
Por primera vez, todos los partidos y fuerzas políticas se cobijaron al amparo del llamado Pacto por México.
Gobernabilidad, seguridad, combate a la corrupción, telecomunicaciones, finanzas públicas, educación eran los temas torales que dieron cabida a las reformas, donde los beneficios de la energética, hoy siguen siendo tema –como el caso Lozoya-.
Finalmente el Pacto es un parte aguas histórico donde el mandatario logra poner de acuerdo a izquierda y derecha (y los centros –centro izquierda y centro derecha-).
Claro que cada firmante llevó agua a su molino en beneficios personales y de partido.
A eso queríamos llegar.
Un reclamo público latente durante muchos años, es el que se adelgace la muy obesa burocracia.
Y a pesar de ser un elemento que satisface a la clase política –la existencia de ellos mismos- hoy ese punto se encuentra en debate, impulsado por una fuerza política y rechazada por los agraviados. Recordemos que el país finalmente se polarizó en solo dos opciones partidarias.
La propuesta. Desaparecer 200 diputados plurinominales de los 500 en la Cámara, que no son elegidos por nadie. Igual que 32 senadores que han significado inútiles gastos y beneficios otorgados a partidos políticos.
No importa quién impulse este cambio… lo aplaudiremos a rabiar si se hacen menos de una buena vez, junto con la legión de plurinominales en las legislaturas estatales y los regidores que llegan por acuerdos no aprobados por la sociedad, sino por ‘logros electorales’ que sólo lastiman el gasto público.
Estas reformas que no suenan populares entre políticos, quizá tengan repercusiones a futuro en la aceptación partidista de quienes las encaminan.
Pero serán muy recordadas por muchos años. ¿Beneficiarios? La nación.
COLOFÓN: El segundo año del sexenio de Peña Nieto, su gobierno ya había concluido por haber tenido el éxito de concretar sus reformas.
Si al terminar el presente ciclo de seis, México contabiliza una clase política menos voluminosa que las anteriores –desde la revolución- será un periodo que habrá valido la pena vivir para contarlo.
¿De qué se mantendrán en delante encumbrados como el muchas veces senador (pluri) Deschamps, que jamás contendió ni por una regiduría?
En todos los sentidos, deseamos se convierta en realidad la utópica frase “Hacer más… con menos”.