4 julio, 2025

4 julio, 2025

Viaje al interior del cuerpo 

CRÓNICAS DE LA CALLE / RIGOBERTO HERNÁNDEZ GUEVARA

Después de cada rato, existe un sobresalto. La memoria hace un viaje corto y recoge lo que quedaba. Hace rato no pensaba escribir esto y tal vez estoy pensando en algo que haré o que no haré . Escribo mientras tanto:
El presente es el mercado favorito para la imaginación y la fantasía heroica. Viajamos en un coche parecido a un camello y la arena del desierto hace llover en los ojos. Se está comoquiera en un gramo de arena. Es un resquicio del cosmos por donde se cuela el sol. Somos tan diminutos. 
Esta es la orilla del tiempo, hemos subido al auto rumbo al cuerpo. Flotamos adentro y la cama de agua es de origen natural. Mil veces somos nosotros únicamente. Adentro estamos solos en las paredes de los intestinos. No llevamos refrescos, los hemos olvidado. 
Mientras estemos adentro del cuerpo, afuera subirán los precios muy rápido. Habrá nuevos silencios entre los edificios caducos cuando salgamos. Con dos huevos estrellados el cuerpo nos liberará del autoritarismo del olvido. Cuando concluya este relato quizás traeré el pelo más largo. 
Adentro del cuerpo habrá cantidad de sueños y afuera hay gente conversando sobre el estado del tiempo todo el tiempo. Cruzan la ciudad un par de palomas, han de ser pareja. Hace calor, dicen las personas sudorosas, como si no fuese evidente. Lo dicen para que seques el sudor y no seas insensible. Adentro tampoco llueve. Adrede. 
Luego de un rato comienza a llover. Nos hubiésemos encontrado antes, ¿pero antes de qué? , antes no había este antes, ni siquiera existía. No existíamos en ninguna ausencia. 
El mundo existió en la pequeña historia de hace un rato que pudiese ser un relato anecdótico para el viajero que nos vea ahora, con este pasado. Se pudo haber perdido el tiempo como el silencio se pierde en el infernal ruido de un incendio. Alguien tomó una foto. 
Hay varias formas de hacer un rato liquido con un tutorial del youtube. Hacerle al tío lolo es un clásico que se deshechó por ingenuo, hay que tener estilo sin mover un dedo para perder el tiempo sin remordimientos. Hay quienes van despacio y no entienden, no vinieron a eso y lo dicen. 
Pero adentro del cuerpo es segurro el camino. Hay suficientes aplicaciones para activar un escape suicida sin morir si es necesario. Adentro el reciente cuerpo ve en sus ojos cómo nacen sus raíces y los labios carnosos luego del tema del frío y un beso. Era complicado entenderlo. 
Por dentro somos un lenguaje de señas aún en los labios. Queremos llegar ahora a algún sitio pero no tan rápido. El tiempo es una roca que rueda. ¿No es una obra de arte? En la decoración del paisaje si vas tarde ya comieron y todo se acabó. Están cerradas las tiendas de campaña. Adentro también es afuera y apenas lo comprendemos. 
El tiempo se va como perrito a su rincón y avanzamos paralelos en este preciso instante de los descubrimientos. Uno cada segundo. Escribo eso antes de que se dañe la memoria o que se pierdan bytes entre millones de memorias que flotan en el espacio. 
Acá, al presente, uno puede venir sin que le duela la panza o le den chayote. La vida como quiera cruza el puente y tumba un minuto delante de nosotros. Si queremos que el tiempo sea nuestro debemos entender que la única forma es encontrarnos adentro, como en un cuarto espontáneo, un teatro solitario. En el número 106 que es donde vivo. 
Es por demás, no podemos ir adentro del cuerpo en carro, si no, lo haríamos. Estamos tan cerca de nosotros, no se puede más cerca. Lentamente, ya en el corazón, nos tomamos de la mano y nos quedamos juntos… muy adentro de nosotros. 
HASTA PRONTO.

Por Rigoberto Hernández Guevara 

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