MÉXICO.- A pesar del crecimiento desbordado de los delitos ambientales a lo largo y ancho de la República Mexicana, el número de inspectores federales de la Profepa, institución encargada de velar por los recursos naturales, va a la baja, debido a recortes presupuestales y políticas de austeridad.
De acuerdo a datos obtenidos a través de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, los inspectores federales acreditados de 2018 a 2022 por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en todo el país, pasaron de 489 a 432, lo que representa una reducción de 11.6 por ciento en lo que va del sexenio.
Según la respuesta obtenida por Excélsior, en 2018 había 489 inspectores federales, en 2019 quedaban 458, para 2020 eran 456, en 2021 tenían 443 y en 2022 la cifra se redujo a 432.
La autoridad ambiental asegura que no hay subcontratación o terciarización para el puesto de inspector federal, por lo que no existe esta figura laboral, donde puedan surgir más elementos encargados de realizar la tarea de inspección y vigilancia, en la que tienen que estar debidamente acreditados para que los “actos de autoridad”, tengan validez legal.
El número oficial de inspectores federales de Profepa, contrasta con el último informe exhaustivo entregado por México a la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), que reporta que entre mayo y octubre de 2021, se enviaron al hábitat de la vaquita marina, mil 785 “funcionarios participantes en las acciones de inspección y vigilancia”.
Se ignora de dónde salieron tantos elementos que presume nuestro país y que supuestamente fueron asignados al Alto Golfo de California.
Tema prioritario
A pesar de que México asegura que la protección de la vaquita marina es un tema prioritario, y que en la reciente reunión del Comité Permanente de la CITES celebrada en Lyon, Francia, la propia titular de la Profepa, Blanca Alicia Mendoza Vera, afirmó que no somos el enemigo de la vaquita marina “sino un país ocupado y preocupado en su conservación”, actualmente sólo hay siete personas encargadas de cuidar el Alto Golfo de California.
El Área de Refugio de la Vaquita Marina, abarca mil 841 kilómetros cuadrados, donde cabe completa la Ciudad de México, con una superficie de mil 485 kilómetros cuadrados.
En estos momentos, únicamente hay tres inspectores federales fijos en San Felipe, Baja California; un inspector procedente de la Ciudad de México y el coordinador para la región, el joven biólogo de 24 años, Diego Alonso Zamora Uribe, recién egresado de la carrera y que pasa más tiempo en la CDMX que en la zona de conflicto.
Además, hay dos elementos de apoyo enviados desde oficinas centrales con nivel de Chofer C, adscritos a la Dirección General de Inspección y Vigilancia Forestal, que es personal de toda la confianza de Rodolfo Vilchis Noriega, encargado de despacho de la Subprocuraduría de Recursos Naturales.
Uno de los servidores públicos con nivel de Chofer C, que va y viene del hábitat de la vaquita marina desde septiembre de 2021, Juan Reyes Castillo, es conocido por sus compañeros como el “TikToker”.
Al hombre de 55 años le llaman así por su gran afición a esta red social, donde sube videos de comedia, desde los dormitorios de la Profepa en Baja California, la camioneta oficial asignada para las labores de vigilancia y combate al tráfico ilegal de pez Totoaba o las instalaciones estratégicas de la Cuarta Región Naval de la Secretaría de Marina (Semar).
El “TikToker”, con 12 mil 700 seguidores, tiene actividad diaria y a todas horas desde San Felipe, en su cuenta @juanreyes1009, lo que llama la atención, ya que no hay resultados de las acciones implementadas por la Profepa en el hábitat de la vaquita marina o por lo menos la Coordinación General de Comunicación Social no informa nada al respecto desde el 7 de febrero de 2020, cuando emitió un comunicado para dar cuenta del aseguramiento de redes totoaberas.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR