CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Le sacó la vuelta a un bache sólo para caer en otro. Y a los 2 o 3 metros un tronido anunció lo que sería su mala tarde.
Poco antes de las 2 de la tarde de este jueves, una conductora se dirigía a su casa para comer con la familia, pero a su automóvil Honda sedán se le quebró el eje delantero y la llanta izquierda quedó totalmente torcida hacia afuera, en posición horizontal.
“Yo creo que fue cuando brinqué el bachecito. Ya sé que puedo reclamarle al (Gobierno) Municipio para que me pague los daños y todo eso, pero no lo haré porque por cuestiones políticas puedo resultar afectada”, dijo la mujer tras hacer unas llamadas para pedir auxilio y solicitar que no se le identificara.
La escena del percance, en el cruce de las calles Ciro de la Garza y Ferrocarril, colonia Banrural, es solo una de las decenas que se registran a diario en calles y avenidas de la Ciudad, sobre todo en las colonias de la periferia, las más afectadas cuando llueve.
Las precipitaciones sobre Ciudad Victoria dan lugar a la ironía: a “lluvia” de baches…ganancia de talleres mecánicos, vulcanizadoras y refaccionarias.
Luis Alberto Tovar Sánchez, mecánico y propietario del Taller “Luis”, lo confirma:
-¿Aumenta el trabajo por las lluvias que producen accidentes en baches?
-Sí, por rótulas quebradas, bujes, tornillos de barra estabilizadora; a veces hasta la llantas se tuercen por el golpe.
-Una persona afectada ¿qué promedio de inversión tienen que hacer?
-La mera verdad, como andan a las prisas, pues sí gastan alrededor de 2 mil a 3 mil pesos en suspensión ya cuando es amortiguador que se daña, pues ya eso rebasa hasta los 5 mil, porque el amortiguador anda como en mil 300 cada uno; sí les meten arriba de 5 mil a un automóvil.
“Si hay sequía como quiera los baches donde quiera hay, pero ya sabes donde están, los miras y le sacas la vuelta, pero en tiempo de lluvia como hay charcos de agua pues no mas brincas…no se ven”, sentencia Tovar Sánchez.
Un testimonio parecido es el de Saúl Molina Ávalos, dueño de la “Big Vulka”, sobre la calle Zeferino Fajardo y Matamoros.
-¿Aumenta la demanda de su trabajo después de cada lluvia?
-Si, en un 30 por ciento.
-Obviamente le beneficia.
-A decir verdad sí, me chingo más porque trabajo más.
-Pero la ciudadanía la lleva.
-¡Ah no, sí claro, lógico!
-¿Qué tipo de reparaciones son las que más hace?
-Pues los clavos, también llantas rotas por los baches. Rines dañados esos los enderezan en “Deportivo 21” (otro taller especializado).
Molina Ávalos revela que por cada parche en llantas el cliente paga 100 pesos.
-Le han de caer decenas de reparaciones al día.
-Sí, una decena al día aproximadamente.
A las refaccionarias también “les llueve en su milpita”, lo reconoce Alfonso González, del negocio “Batarce”, ubicado en Zeferino Fajardo y Matamoros.
-¿Nota Usted que aumenta la venta de refacciones producto de percances por baches?
-Sí, en un 90 por ciento.
-¿En tanto aumenta la venta?
-Sí, porque es parte de la suspensión, amortiguadores, rótula, bieleta.
-Especialmente después de una lluvia.
-Sí, porque no se ven los topes, así como están las calles ahorita más dañadas de lo normal.
-¿A ustedes les beneficia cada vez que llueve?
-Pues mejora un 50 por ciento la venta. Ya con lluvia si es muy notorio que pase un vehículo y pueda caer en un bache tapado con agua.
Por Magdiel Hernández
EXPRESO-LA RAZON