TAMAULIPAS.- Desde el intento de Emilio Portes Gil de reelegirse frente a Rafael Villarreal, en 1932, las elecciones para Gobernador en Tamaulipas no habían registrado otra con tanta expectación como la que se desarrollará hoy.
En 90 años, ni por el magnicidio del candidato priista Rodolfo Torre Cantú, el 28 de junio de 2010, que llevó a la silla a su hermano Egidio seis días después; ni por la alternancia en el poder que logró el Partido de Acción Nacional (PAN) con Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en la elección del 5 de junio 2016, no hubo proceso electoral que despertara tal efervescencia en Tamaulipas y que se considerara histórico, incluso desde su arranque, como el actual que está a horas de saldarse.
La movilización ciudadana inédita que han logrado los candidatos César Augusto Verástegui Ostos, el “Truko”, de la alianza Va por Tamaulipas (PAN y partidos Revolucionario Institucional, el PRI; y de la Revolución Democrática, el PRD); y Américo Villarreal Anaya, de la coalición Juntos Haremos Historia en Tamaulipas, de Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, y partidos del Trabajo, el PT, y Verde Ecologista de México, PVEM; la intromisión nunca antes vista del Gobierno Federal y estatal en el proceso y la vigencia del efecto Andrés Manuel López Obrador, son aderezo por el que la elección trasciende más allá del país.
“En ninguna contienda anterior a la que estamos viendo y viviendo, que yo recuerde, tanto el partido oficial (PAN) como el partido opositor (MORENA) traen tras de sí contingentes de miles y miles de tamaulipecos. Incluso ni siquiera hace 6 años cuando Cabeza de Vaca encabezó la alternancia tuvo la oportunidad de encabezar tan nutridos contingentes como ahora lo tiene el “Truko” o como ahora los tiene Américo”, afirma José Ángel Solorio Martínez, un reconocido historiador, periodista y columnista político tamaulipeco El morenista, explica, “forma parte de un movimiento también de los más importantes, de los más masivos que ha existido en la historia política de Tamaulipas.
“No sólo de la post si no de la pre Revolución. Nunca un candidato opositor había logrado movilizar a tan nutridos, amplios y combativos contingentes. Repito: ni siquiera Cabeza de Vaca logró eso; ni siquiera atrás Gustavo Cárdenas y mucho más atrás Jorge Cárdenas, que fueron los opositores digamos más potentes en las últimas décadas del siglo pasado y estas décadas del siglo presente”.
Solorio Martínez insiste en que después de la intentona de Portes Gil, esta es la elección para Gobernador más competida, en la que destaca una intromisión histórica del poder federal y estatal. “Nunca como ahora hubo una participación, una intromisión, esta injerencia del poder federal, del Gobierno Federal y el Gobierno Estatal en los comicios.
Uno: con los programas federales que han aterrizado en Tamaulipas con la Cuarta Transformación (4T), y el otro: con la estructura gubernamental para llevar agua al molino del panismo de Tamaulipas”.
Al grado que pocas veces se había visto tan clara y fuerte “la figura del Presidente de la República y del Gobernador del Estado, en la boleta electoral, hablo en el sentido figurado, por supuesto”. Para el comunicador, este 5 de junio, los tamaulipecos, unos, cruzarán la boleta a favor del “Truko” y del nombre del Gobernador Cabeza de Vaca y, los otros, harán lo mismo por Américo y el Presidente de la República. Por si faltará un ingrediente, MORENA tiene en sus manos el Gobierno de Ciudad Victoria y otros 8 municipios.
“Y los otros restantes municipios, 30 y tantos están dominados por el partido en el gobierno, pero con una deficiencia demográfica muy marcada. Esto dará mucho interés y mucha proyección al proceso”, acota.
Un escenario inmediato poselectoral que le da “puntillosidad” a los comicios es que de ganar la oposición en Tamaulipas, “tendría un Gobernador un tanto cercado por los otros dos poderes que lo acompañarán en las acciones de gobierno, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Este es un elemento que nunca habíamos visto y estamos ante esa posibilidad real, concreta, de tener un Gobernador que tendrá que hacer mucha política para concretar sus planes de gobierno en el Estado”.
Esto pese a la gran ventaja de Américo Villarreal, de empezar su piso con los 460 mil votos favorables que recibió Andrés Manuel López Obrador en Tamaulipas, en el pasado ejercicio ciudadano de revocación de mandato. “Está en una ventaja irrefutable ¿cuánto se vaya a trasladar esto en su beneficio? no lo sabemos, pero inicias con una ventaja, porque ya no inicias de cero, porque ya empiezas con un piso desde donde trazar tus estrategias, por supuesto que es una ventaja muy objetiva y muy palpable”.
La jornada electoral de este domingo trascendió desde mayo más allá de las fronteras de México. La senadora panista Kenia López denunció ante la Organización de Estados Americanos (la OEA) lo que consideró la intromisión en el proceso de poderes de facto y la militarización en Tamaulipas por el presidente morenista López Obrador, por lo que la mirada de la comunidad internacional estará sobre la entidad. Si será tensa o no, esto dependerá del resultado.
“Si un candidato gana aplastante, 200 mil o 300 mil votos de diferencia, esto se irá en paz y no habrá mucha objeción, anticipa José Ángel Solorio. En cambio, si gana de 50 a 70 mil votos, “apretadón o cerradón, el proceso se puede contaminar, puede llegar a los órganos jurisdiccionales federales, el INE (Instituto Federal Electoral) y el TRIFE (Tribunal Federal Electoral) y puede darse la circunstancia que estas instituciones anti López Obrador definan los comicios en Tamaulipas, independientemente de lo que hayan decidido los tamaulipecos”.
Pero el analista político apela al optimismo y cree que hay espacio para la civilidad, incluso que el perdedor reconozca al ganador y que esto no termine con heridos o un Portes Gil con un balazo en el rostro, como en aquella elección de hace casi 100 años. “Yo creo que sí. Las instituciones se echarían en contra de un partido y de un candidato que no respete un triunfo tan contundente, me refiero a instituciones escolares, académicas, políticas, profesionistas, las logias”, sentencia Solorio Martínez.
POR MAGDIEL HERNÁNDEZ
EXPRESO-LA RAZÓN




