CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- El coordinador regional de la Coepris, Gustavo Castro Ormaechea, informó que es común recibir cada día hasta cinco quejas por restaurantes, bares y tiendas de conveniencia que ya no respetan los límites ni filtros para evitar contagios de Covid-19.
Explicó que estas quejas pertenecen a diferentes giros comerciales, sobre todo en la zona centro, los cuales suspenderán actividades en caso de ser sorprendidos infraganti, ya que aún existen limitantes impuestas por la Secretaria de Salud.
“Si alguien no cumple con lo permitido es suspensión de actividades, el llamado para el día del padre es seguir haciendo conciencia, sabemos que tuvimos dos años muy complejos con grandes pérdidas y creo que no sería correcto echar a perder todo lo que se ganó solo por un festejo”.
Señaló que la mayoría de los restaurantes respetan el aforo que les indica la autoridad, aunque reveló que siempre existe uno o dos quienes no quieren respetar las reglas o se les hace fácil llenar al 100 por ciento de personas.
“Algunos negocios piensan que las reglas son para quebrantarlas y entonces meten más gente, hay más contacto, no ponen los filtros no traen cubre bocas y al otro día están todos enfermos”.
El funcionario reveló que de las cinco quejas que llegan cada día al menos una es real, sin embargo es difícil dar con ella ya que en el 90 por ciento de las ocasiones las personas acuden a quejarse al día siguiente no en la ocasión.
“La verdad es que son puras quejas sin embargo lo hacen al día siguiente y al ir ese día en la noche ya no hay gente, las quejas no son en ese momento, llegan porque estudiaron ahí, fueron participes de ese llamamiento y luego dicen que estaba bien lleno”.
Aseguró que en caso de llegar y encontrar un negocio en infraganti con mayor capacidad de la permitida se suspenderán actividades inmediatamente ya que aún no se encuentra libre y existen normas.
“Son restaurantes y lugares como el mercado donde no hay forma de controlarlo, también hay tiendas en la de Hidalgo que ya no respetan el aforo pero nos damos cuenta en una hora a la cual vamos y ya no hay esa gente”.
Por Raúl López García