CIUDD MADERO, TAMAULIPAS.- La maderense Xóchitl Ponce Barbosa, se convirtió en la primera mexicana en nadar el Cruce Isla del Sol – Isla de la Luna en el Lago Titicaca en Bolivia, celebrado el pasado 7 de mayo.
La nadadora de aguas abiertas refirió que participó sin traje de neopreno a una altitud de 3 mil 800 metros al nivel del mar y la temperatura del agua fue de 14 grados centígrados, algo a lo que no está acostumbrada debido a las altas temperaturas en Tamaulipas.
“Empecé a asistir a eventos nacionales, hace dos años tuvimos la idea con mis dos entrenadores, Carlos Moreno coach jefe, nadador internacional del canal de la mancha y Enrique Mateos Villalobos, mi entrenador local; me entrenaron durante dos años y me convertí en la primera mexicana en cruzar de isla a isla una distancia de 7.4 kilómetros y temperaturas de 10 a 14 grados centígrados”.
La fémina de 46 años se dedica a trabajar en Petróleos Mexicanos y por la tarde en la SEP, sin embargo, en sus ratos libres disfruta del nado en aguas abiertas contando con 10 años de experiencia.
El cruce de una isla a otra lo realizó en 4 horas y media, sin ningún traje de neopreno, lo cual hace más difícil la actividad dentro de las frías aguas.
Destacó que su preparación fue durante dos años, en donde tuvo que someterse a diferentes actividades para que su cuerpo resistiera el agua a temperaturas muy bajas, así como recurrir a diferentes estados de la república para aprovechar el clima frío.
“Fue un trabajo muy largo, tuve que gastar mucho dinero en hielo porque en la zona sur vivimos en temperaturas muy calurosas y yo tenía que hacer tinas de hielo, e ir a lugares fríos en invierno tuve que ir a La Pesca Tamaulipas, permitiendo nadar de 8 a 12 grados, en el Lago Alchichica en Puebla y baños constante en hielo para que el cuerpo rompa la tolerancia a la hipotermia”.
Por su parte, el entrenador Enrique Mateos Villalobos dijo que tuvieron que viajar 10 días antes para aclimatarse a los 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar, altura a la que no están acostumbrados.
“Nunca habíamos salido del país, estoy muy orgulloso de Xóchitl porque hizo un esfuerzo sobrehumano, la altura es fatal, de hecho llegamos vomitando porque la altura no se compensa tan rápido, deben pasar de 2 a 3 días”.
Ante el nulo apoyo gubernamental y empresarial, aclaró que el logro es de Xóchitl y nadie más, ya que solo ellos saben todo lo que tuvo que hacer para lograr cumplir su meta.
“Necesitamos más apoyo del gobierno, instituciones, tenemos que hacer mucho trabajo sobre eso, es minoritario el apoyo y gastamos mucho dinero allá, trajimos un trofeo y no lo valoran, ella lo ganó y es una meta de ella”.
Por Javier Cortés / La Razón.