TAMAULIPAS.- El próximo mes de noviembre llegará a su fin la gestión del dirigente estatal del PAN, Luis René Cantú Galván, y con ello los panistas iniciarán un proceso de reestructuración general de los mandos de la agrupación política no solo del comité estatal sino de los comités directivos municipales.
Una renovación que, sin la presencia de un gobernador panista que regule la disputa, se avizora podría resultar turbulenta, esto a causa de las pugnas que protagonizan los simpatizantes del gobernador García Cabeza de Vaca y los adversarios al grupo del mandatario estatal.
También las discrepancias entre los que están ávidos de castigar a los responsables de la derrota que sufrió el partido en la contienda por la gubernatura, los partidarios del método de la designación, los llamados neopanistas, y los doctrinarios, que añoran regresar a los días de las elecciones democráticas en las que eran las bases militantes no las cúpulas las que elegían mediante el voto a los dirigentes y candidatos.
Si los eventuales antagonismos no logran ser superados, será el alto mando nacional el que, a falta de un árbitro local, tendrá que entrar al quite para evitar que las pugnas internas dividan al panismo estatal y fortalezcan a la Cuarta Transformación.
La pregunta es ¿a quiénes echará mano el partido de Gómez Morín para relevar al Cachorro?
En los círculos políticos se mencionan varios, entre estos figuran dos cabecistas, el actual Secretario General de Gobierno, Gerardo Peña Flores, y el ex candidato a gobernador, César Verástegui Ostos, y uno independiente, el alcalde de Tampico, Chucho Nader, quien, en caso de resultar el elegido nuevo jerarca panista trataría de que el poder económico que tiene el puerto en el Estado se reflejara igualmente en la conformación de los nuevos cuadros directivos blanquiazules.
El jefe edilicio porteño ha demostrado que cuenta con una fuerte corriente de simpatía al interior del partido de la derecha.
La que, por otra parte, se ve que no tiene una manera más positiva de llamar la atención de la opinión pública es la dirigente nacional de la ONMPRI, Monserrat Arcos. En días pasados la maderense elevó la voz para defender al jerarca nacional Alejandro Alito Moreno del fuerte golpeteo mediático a que ha sido sometido por la 4T, a pesar de que sabe que se trata de un caso indefendible y que para muchos es parte de los estertores previos al deceso del Revolucionario Institucional.
Aunque habría que señalar que al tricolor no lo ha desarticulado la corrupción ni los desatinos del controversial campechano, sino la democracia y los cambios políticos que ha registrado México en las últimas décadas, a los que el partido no ha logrado adaptarse ni sobreponerse, factores que tienen en desgracia y al borde del colapso a la otrora poderosa organización hegemónica.
Otro alcalde que, como el homólogo de Tampico, sigue siendo reconocido, este en Morena, es Adrián Oseguera Kernion. De acuerdo a una de las encuestas más recientes, el titular del ayuntamiento de Madero volvió a repetir, esta vez como uno de los ediles mejor evaluados por la ciudadanía en los municipios costeros de la República.
Las razones, entre otras, la destacada obra pública, el combate al rezago urbano, el rescate de lagunas a las que ha convertido en sitios sustentables y la transformación de la Playa de Miramar en un centro turístico de relevancia internacional a la altura de los que existen en Canadá, Grecia y España realizados por el munícipe de la urbe petrolera desde que el pueblo lo llevó al cargo. jlhbip2335@gmail.com