20 diciembre, 2025

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Un lugar llamado Macondo

Se trata de un espacio cultural, un lugar imaginario, fantástico y fantasioso en el que cada uno de sus habitantes reflejan sus sueños, anhelos, deseos y pasiones, una vez que lo descubres te atrapa y te lleva a seguir soñando, a inventar nuevos mundos dentro y fuera de sus paredes

TAMPICO, TAMAULIPAS.- “Yo soy de esa casita bonita, chiquita, bendita de los que nunca se fueron” Rubén Blades
Cien años de soledad es una joya de la literatura universal que nos regaló la mente prodigiosa del escritor y periodista Gabriel García Márquez quien impregnó las páginas de este libro con el realismo mágico de un lugar llamado Macondo.

Este es un lugar imaginario, fantástico y fantasioso en el que cada uno de sus habitantes reflejan sus sueños, anhelos, deseos y pasiones, una vez que lo descubres te atrapa y te lleva a seguir soñando, a inventar nuevos mundos dentro y fuera de sus paredes.

De esa imaginación inspiradora es como nace en Tampico Macondo Espacio Cultural Alternativo, una casa en la cual se encontraron muchos sueños para crear una realidad; Seleste Posadas, Madel George, Alondra García, Isidro Ramírez, Raúl Juárez, Daniel Cortés y Luis Fernando Castillo, como la Familia Buendía crearon este sitio independiente y lleno de buenas ideas.

El lugar se ganó el corazón de las personas gracias a la originalidad de su diseño, a la ambientación y a los muebles con carácter que fueron creados con materiales reciclados, prácticamente inventados y basados en las historias que contaba el gitano Melquiades en sus visitas por el mundo.

La casa de las tías se convirtió en “el lugar más bonito del mundo” en el cual cada visitante tenia la oportunidad de conocer las historia de las mesas, sillas, lámparas, así como de cada detalle que decoraban este café con letras.

Sin embargo sus primeros integrantes tomaron diversos caminos y trabajos, por lo cual cambió de manos y fue Daniel Mata Flores, asiduo visitante a Macondo quien se interesó por continuar con el espacio, sumándose Gaby Iriarte.

Poco después Macondo cerró por un tiempo y hoy nuevamente entra en restauración para abrir sus puertas a la creatividad y promover a productores locales, artesanos, coleccionistas, anticuarios, entre otros, sin faltar el café y las buenas charlas.

SU HISTORIA

Esta pequeña casa de madera comenzó a construirse en el año de 1930 en la colonia Obrera en un terrero enorme donde todo lo que se siembra florece y da fruto.

María Pérez Cruz su primera propietaria se convirtió en la columna vertebral para levantar esta construcción de dos aguas hecha al estilo de los ingenieros americanos que llegaron con la bonanza petrolera a nuestra ciudad.

La montaron sobre pilotes de madera, para evitar una inundación, aun cuando la colonia Obrera prácticamente es inmune a las inundaciones por estar en la zona más alta de Tampico, sin embargo la potencia del aire del ciclón de 1955 dejó la construcción en malas condiciones por lo cual fue bajada de sus pilotes y sentada sobre tierra firme.

Sus primeros habitantes Maura, Benjamín, Alejandra y la pequeña María, crecieron jugando en un enorme terreno lleno de arboles frutales y flores; hasta la fecha solo las mujeres quedan a cargo de la casa, cuidándola para que el paso del tiempo no acabe con ella y su historia.

Por Luis Fernando Castillo Hernández
EXPRESO-LA RAZÓN

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